Luis Márquez junto a su madre Martina Pérez y, también, Chus García con su hijo Álvaro Martín. TEL

Los emotivos reencuentros en los pueblos de Salamanca: “Estaba añorando volver”

San Esteban de la Sierra recibió las primeras visitas de hijos del pueblo. Martina Pérez llegó desde Guijuelo para ver a su hijo y los Martín García viajaron desde Salamanca

EÑE y TEL

Miércoles, 27 de mayo 2020, 14:49

San Esteban de la Sierra fue el lunes una de las localidades donde sí se dejó notar la presencia de hijos del pueblo que regresaban después de dos meses y medio sin poder hacerlo, procedentes, fundamentalmente, de Salamanca y Guijuelo.

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Martina Pérez ha sido una de ellas. El 14 de marzo fue la última vez que estuvo en San Esteban y, desde entonces, no había vuelto hasta ayer: “tenía muchas ganas, estaba añorando volver porque ha sido una situación rara. Se pasa mal estando tan cerca y no poder venir”, señala. La familia vive en Guijuelo, pero su hijo pequeño, Luis, de 14 años, se quedó en el pueblo con la abuela paterna. Ha dado el estirón y su madre llegaba ayer con zapatillas nuevas “ porque le ha crecido el pie y ha subido un palmo “. Ellos son de venir todos los fines de semana, pero ahora, como tiene vacaciones, se van a quedar en el pueblo.

También se quedarán en San Esteban los integrantes de la familia Martín García. Álvaro, el hijo, estudiando (llegó de Sicilia a primeros de marzo sólo cuatro días antes del cierre de los aeropuertos italianos) y Chus, la madre, teletrabajando. “Hay que dar gracias de que estamos bien”, señala Chus, que se muestra contenta de poder haber vuelto a San Esteban desde mediados de marzo. No tiene nada que ver pasar el confinamiento en un piso de 90 metros en Salamanca que en la casa del pueblo, con tres plantas y jardín. Aquí esperan estar más relajados después de un confinamiento estricto ya que al menos durante 7 semanas sólo el padre de familia salía de casa para controlar el negocio y comprar. “Hemos sido muy estrictos en el cumplimiento del confinamiento”, concluyó Chus.

“Dos meses sin ver a las nietas se hacen muy largos”

Dos meses sin ver a las nietas se hacen muy largos”, señalaban Fernando y Fabiana en Espino de la Orbada mientras recibían a su familia en la que es su casa, y la segunda residencia de toda la familia cada verano. Las niñas, Emma y Henar, viven con su familia en Villamayor y son las primeras nietas que han ido a verlos, puesto que la familia ha establecido turnos para ir al pueblo en días alternos. La visita además ha sido una sorpresa para los abuelos, que no han podido resistirse a darles un beso a las niñas, “pero con la mascarilla”, reconocían. Uno de los mejores momentos de la tarde fue la visita para regar el huerto del abuelo donde ya están plantadas las hortalizas de temporada. La tarde de reencuentro les supo a poco a todos, adultos y niños, sobretodo por la petición de las pequeñas de poder quedarse en la casa en la que cada año disfrutan del verano.

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