Esta es la solución para el problema del arsénico en el agua de 35 municipios la provincia

La alta concentración de arsénico se ha convertido en un problema para muchos pueblos salmantinos, obligados a realizar controles constantes para garantizar la potabilidad del agua que beben sus vecinos. La instalación de filtros es la fórmula más eficaz y la opción elegida por 35 municipios salmantinos, la mayoría de ellos pertenecientes a La Armuña, donde la alta concentración de este elemento es considerado un problema histórico por las características naturales del terreno.

En los últimos años, las ayudas de la Diputación para la instalación de este tipo de sistemas de depuración se han multiplicado, especialmente desde que en 2003 una directiva europea rebajara el límite de arsénico de 50 microgramos por litro a tan sólo 10.

Rellenos de un compuesto de hidróxido férrico, los filtros retienen las partículas de arsénico y evitan que acaben distribuyéndose a través del agua potable que llega al municipio. Aunque en ningún caso elimina por completo el contaminante, sí reduce los niveles hasta límites aceptables por la legislación sanitaria.

Para expertos como Clemente Recio, exdirector del Laboratorio de Isótopos Estables, la alta toxicidad de este elemento es un problema a tener en cuenta por los riesgos que conlleva para la salud. “Descontaminar un agua que contenga arsénico es técnicamente muy difícil y económicamente muy costoso y aún así el éxito no está garantizado, por lo que a todos los efectos debemos considerar como no realista la descontaminación de un agua y su empleo para uso doméstico”. Por ello, señala, “la única medida segura ante un caso de contaminación es la que habitualmente toman las autoridades competentes, que es prohibir el consumo”.