España sigue siendo católica

Domingo, 11 de agosto 2019, 05:00

Se atribuye a Tomás de Aquino la siguiente afirmación: “Contra hechos no caben argumentos”. Pero los medios de comunicación no se suelen sentir aludidos por ... esta sentencia, tan sensata, del Aquinate, y últimamente las redes sociales han apostado por la opinión frente a “los hechos”, es decir, la verdad objetiva. Se cuenta que durante la Segunda República hubo en el Ateneo de Madrid una agria discusión acerca de la existencia de Dios que se dirimió mediante una votación. Es evidente que tal votación nada probó acerca de la existencia o la no existencia de Dios.

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No sé si fue a raíz de esa votación, pero se le atribuye al ateneísta Manuel Azaña una frase muy arriesgada: “España ha dejado de ser católica”. Azaña quizá se refería a la “oficialidad” con la cual distinguía a la Iglesia del Estado monárquico, pero también pudiera ser que se refiriera a los cambios sociológicos en una sociedad española que estaba en tránsito hacia un nuevo régimen laico, el republicano, que nunca llegó a consolidarse y acabó en una tragedia infinita. Pero han pasado ya ochenta años desde el final de aquel conflicto y cabe preguntarse cómo están hoy las cosas.

El CIS suele investigar mediante sus barómetros las creencias de sus entrevistados. Así, en el barómetro de junio (2019) el 22,5% de los encuestados se declaró católico practicante y el 46,4% católico no practicante. Un total del 68,9%. Creyente en otras religiones sólo se declaró el 2,8%. No creyente (agnósticos, indiferentes y ateos) se declaró el 27,1%. Por lo tanto, los no creyentes son más que los católicos practicantes. De los que se declararon creyentes (católicos y de otras religiones) sólo el 12,4% cumplía con los ritos (la misa en el caso de los católicos) y entre los católicos un 30,7 no iba nunca a la iglesia y un 28,6% no iba casi nunca. Es decir, que casi el 60% de los creyentes no cumple con sus ritos.

Se puede, por tanto, concluir afirmando que España sigue siendo —y con gran diferencia (68,9%)— un país católico, ma non troppo fanatico. Es decir, con una baja querencia a cumplir con los mandamientos de la iglesia romana, que prescribe, entre otros mandamientos, la misa semanal.

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Por último, no deja de ser llamativo (y para muchos españoles tranquilizador) la bajísima presencia (2,8%) entre los entrevistados que son creyentes en otras religiones, entre las cuales están los cristianos que no son católicos. Si los datos del CIS son representativos, la presencia del Islam es mínima en España.

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