La Glorieta sigue creciendo… y espera tres llenos en la Feria taurina
Morante vuelve a Salamanca recién reaparecido de un percance y envuelto en un año de genialidades con el regusto aún latente de la histórica faena del 14 de junio. Sus dos tardes y la de Roca Rey son las tres en las que la empresa espera el lleno dentro de una gran Feria
1.097 días bien podría ser una eternidad si 97 jornadas antes Morante de la Puebla no hubiera parado el tiempo. Mil días se cumplieron el 14 de junio cuando el cigarrero volvió a La Glorieta tras dos eternas ferias de forzosa ausencia, pese a estar anunciado en cuatro carteles que dejó huérfanos en 2023 y 2024. Puede que incluso esa larga ausencia resultara bien empleada para reencontrarse la afición charra con la mejor y más excelsa versión de Morante, en una de las cumbres de la temporada. Y no solo. El propio diestro la tildó como una de las mejores obras de su vida y todos los que se entaron en los tendidos de La Glorieta la acogieron como un verdadero prodigio. Una genialidad de Morante con Repique. ¡Un rabo! Un delirio colectivo. Salamanca más morantista si cabe. A eso se agarró la empresa de La Glorieta para estructurar los cimientos de la Feria: contrató dos tardes al maestro, y a la vez el torero del año, como base de las combinaciones de un serial con alicientes cada función.
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Los dos ajustes del torero de La Puebla en La Glorieta, 19 y 21 de septiembre, son las que han sacudido las taquillas desde que el 28 de agosto comenzaron a venderse las entradas. Y junto a ellas, una más con Roca Rey tirando del cartel del 14, como estrella del primer fin de semana. En las tres la empresa espera llenar los tendidos, en la que sería una de las mejores marcas de asistencia de público en esta plaza en el último cuarto de siglo. Un meritorio logro a su favor.
De las dos tardes de Morante, la primera, la del día 19, con Manzanares y el aliciente añadido de Marco Pérez, con varios centenares de entradas más, hoy se desmarca de las otras dos a cinco días del estreno del abono y a doce de su ansiada vuelta a La Glorieta. Morante manda en la plaza y en la taquilla.
Con Morante echó el resto la empresa para fraguar un abono de nota, que se descorcha de manera sorprendente y no poco original. Un cartel inédito, en la historia de la Feria que el año pasado vio como Raquel Martín se convertía en la primera mujer que actuaba a pie, y vestida de luces, en las combinaciones del abono y que este año anuncia a tres mujeres juntas en la primera de abono: la rejoneadora Lea Vicens, de nuevo Raquel Martín y el debut de Olga Casado, que tras una deslumbrante actuación en el coso madrileño de Vistalegre el pasado invierno a lo largo de la temporada no logró mantener el interés de aquel vertiginoso acontecimiento.
La suya es una de las dos caras nuevas que presenta la cartelería dentro de sus diecisiete nombres. Tras el intento fallido del año pasado, La Glorieta verá debutar el próximo domingo a Juan Ortega, que es uno de los intérpretes delicatessen del escalafón. Un torero genial que este año apareció adormecido hasta que del verano en adelante se está prodigando en su mejor versión. Y algo que casi nadie le canta: es uno de los mejores estoqueadores del momento. El cartel de Juan Ortega y Roca Rey lo abre Emilio de Justo, asentado en las ferias por méritos propios.
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En la Feria no se echa en falta a ninguna figura, aunque alguna de las que están ya enseñen el cartel de prescindible en beneficio de jóvenes, nuevos, sucesos o emergentes que aportan una necesaria renovación al escalafón. Sin embargo, la empresa le mantiene los galones para dar lustre a los carteles. Cuando se presentaron el 6 de agosto no había surgido aún la explosión de David de Miranda en Málaga ni un veteranísimo como Urdiales había firmado aún una de las cumbres de la temporada en Bilbao. Javier Castaño mereció que anunciaran su retirada en La Glorieta, pero ni la empresa le encontró acomodo ni las figuras se acordaron de quien es uno de los nombres clave de la historia reciente en Salamanca para que dijera adiós a una profesión a la que entregó su vida ganándose un sitio de honor en el recuerdo.
Entre la baraja de figuras, la empresa buscó un cartel de jóvenes y ahí saldó una deuda pendiente con Damián Castaño, para darle sitio en su mejor momento;para abrir la puerta a un mexicano que es un desconocido para la mayoría pese al valor estoico que impactó en San Isidro; y para acomodar a un Ismael Martín que el año pasado salió como triunfador de esta plaza.Las tres orejas que cortó en el concurso de ganaderías de 2024, cuando se presentó como matador en La Glorieta, pesan más que las cuatro que paseó en dos actuaciones Borja Jiménez, a quien público y palco midieron con mayor rasero y rigor. Al sevillano afincado en Salamanca le han dado uno de los puestos de privilegio del serial, avalado por una temporada rotunda y de figura: dos orejas en Sevilla, puerta grande en Madrid e indulto en Bilbao.
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La Feria no trae sorpresas ganaderas. Y son las divisas salmantinas las que asumen todo el rol. A pie, a caballo y en la concurso de ganaderías. Manda y se impone el encaste Domecq. Solo un toro de Murube (Carmen Lorenzo) de los 28 que se lidiarán a pie y en puntas rompen la hegemonía del encaste preponderante de la cabaña brava. Aunque poco tenga que ver un vellosino con los garcigrandes, ni ninguno con los de Matilla, por ejemplo. Para rejones, los ocho de Murube.
La Feria invita a ir a La Glorieta con sobrados argumentos para vivir seis intensos días de toros cada tarde, a la espera de más gente que nunca. Ese es el primer éxito de la empresa que sigue haciendo crecer la Feria.
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