La huelga de jueces y fiscales ha obligado a suspender y aplazar la vista.

«En mi país ya estaríais muertos»: estallido violento de un menor tutelado en un centro de Salamanca

El chico, en acogida por la Junta, golpeó a compañeros, amenazó a educadores, destrozó mobiliario y escupió a los policías que acudieron a reducirlo. El juicio ha sido aplazado por la huelga de jueces y fiscales

M. C.

SALAMANCA

Martes, 8 de julio 2025, 06:00

Un chico de 16 años de edad, tutelado por la Junta de Castilla y León y residente en un centro de menores de Salamanca, ha protagonizado un violento episodio con agresiones físicas y amenazas a compañeros y trabajadores del centro, así como ataques a varios agentes de la Policía Nacional que acudieron tras ser alertados de la gravedad de la situación. En plena intervención, el menor amenazado en reiteradas ocasiones a los agentes mientras les escupía y se enfrentaba a ellos con violencia, llegando a espetarles: «En mi país ya estaríais muertos».

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Según informan fuentes del caso a LA GACETA, el juicio por los hechos ha quedado pendiente de celebración después de ser suspendido con motivo de la huelga de jueces y fiscales.

La Fiscalía de Menores considera que los hechos son constitutivos de un delito leve de maltrato sin lesión y un delito de atentado contra la autoridad. Solicita para el joven una medida de convivencia en grupo educativo durante un año y tres meses de libertad vigilada, además de la condena en costas. También reclama que el menor, junto a la Junta de Castilla y León como responsable civil subsidiaria, indemnice con un importe de 65 euros a otro de los menores residentes por los daños causados en la pantalla de su teléfono móvil.

Según refleja la Fiscalía de Menores en sus informes, los incidentes tuvieron lugar concretamente el 31 de enero y el 1 de febrero del presente año, dentro del propio centro tutelado.

El primero de ellos comenzó el día 31, sobre las 15:00 horas, cuando el menor exigió a gritos el cobro de su paga semanal. Al no obtener respuesta favorable por parte de los educadores, propinó un puñetazo en el estómago a otro residente lo que provocó la rotura de la pantalla del móvil que este llevaba en el bolsillo a consecuencia del impacto. Poco después volvió a cruzarse con él en la calle y le golpeó la mano mientras le profería amenazas.

Al día siguiente, sobre las 15:30 horas, tras iniciar una nueva discusión con otro menor, residente en el centro, y al ver su estado de agresividad, una educadora cogió el teléfono para llamar a la Policía. En ese momento, el joven le arrebató violentamente el teléfono para impedir que lo utilizara y con ánimo de atemorizarla se abalanzó sobre ella muy alterado.

Cuando llegaron los agentes uniformados al centro, el menor comenzó a romper el mobiliario del centro, llegando a arrancar el cabecero de su habitación y a agredir a otro compañero, aunque este último no presentó denuncia.

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Fue necesaria la intervención directa de los agentes para inmovilizar al joven, quien les lanzó escupitajos y amenazas. Entre ellas, una especialmente grave: «Esto no se va a quedar así, más tarde o más temprano nos vamos a encontrar en la calle, y en mi país ya estaríais muertos».

La Fiscalía ha solicitado como prueba la exploración del menor, la declaración de varios educadores, de los agentes y del equipo técnico que elaboró el informe sobre la situación personal y social del joven.

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