Personal del Hospital de Salamanca trabaja en la rehabilitación de una rodilla en un paciente mayor.

Traumatología demuestra que sí merece la pena operar la rodilla a mayores de 84 años

Un estudio del Hospital compara decenas de cirugías en mayores y 'muy mayores'. Sin diferencias en el grado de recuperación, complicaciones o estancias hospitalarias

Javier Hernández

Salamanca

Domingo, 3 de agosto 2025, 16:44

Hasta hace pocos años, la medicina se mostraba reticente a operar a personas muy mayores con prótesis de rodilla. Se pensaba que, superados los 84 años, el esfuerzo quirúrgico no compensaba ni en términos de salud ni de economía pública. Sin embargo, un estudio realizado por el servicio de Traumatología del Hospital de Salamanca ha desmontado ese prejuicio con datos: las personas mayores de 84 años se benefician tanto como los septuagenarios de esta intervención.

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El trabajo, publicado en la revista científica Geriatrics, compara los resultados de la artroplastia total de rodilla en dos grupos: pacientes de entre 71 y 75 años y pacientes de más de 84 años. En total, el estudio analizó a 104 personas (52 en cada grupo), atendidas entre 2016 y 2020 en un hospital de tercer nivel. El hallazgo central es claro: ambos grupos mejoran su movilidad y funcionalidad articular tras la cirugía prácticamente por igual, sin diferencias significativas en la estancia hospitalaria ni en el éxito de la rehabilitación.

«Lo que vimos es que tener más de 84 años no supone un impedimento para poner las prótesis», explica el jefe del servicio de Traumatología, Juan Blanco. «El impedimento podía ser, hasta ahora, más bien económico: que alguien dijera '¿para qué voy a gastarme este dinero en alguien tan mayor?' Pero no. Ni siquiera hay más complicaciones postoperatorias».

La clave está en los resultados clínicos. Ambos grupos, mayores y más jóvenes, lograron una mejora equivalente en el rango de movilidad articular (ROM), uno de los indicadores más importantes en este tipo de cirugía. Además, el índice de visitas a urgencias tras la intervención fue similar en ambos grupos, lo que contradice la idea de que los más mayores presenten complicaciones frecuentes o inmediatas. Eso sí, los pacientes de mayor edad registraron una tasa algo más elevada de reingreso hospitalario en el plazo de un año, un aspecto que, según los autores del estudio, puede abordarse con una estrategia de seguimiento postoperatorio más estrecha, adaptada a sus necesidades.

«Hemos encontrado la misma estancia hospitalaria; es decir, no porque sean mayores van a tardar más tiempo en regresar a casa», añade el doctor Blanco, subrayando que el envejecimiento no equivale a peores resultados quirúrgicos.

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El estudio también desmonta otro mito: el de la rentabilidad. Una prótesis de rodilla cuesta en torno a 1.400 euros en Salamanca, una inversión que, si se traduce en años de vida con mayor autonomía, deja de parecer un gasto. «La calidad de vida que le queda a un hombre que anda sin rodilla…», reflexiona el traumatólogo, quien entiende que caminar sin dolor, vestirse sin ayuda o simplemente poder salir a la calle sin temor a una caída no tiene precio, sea uno joven o tenga más de 85 años.

Este estudio invita a repensar las decisiones clínicas que afectan a las personas mayores. En una sociedad donde cada vez más personas superan los 80 años con buena salud general —uno de los criterios de selección es que el paciente candidato a cirugía cuente con un óptimo nivel de salud general—, la medicina debe actualizar sus criterios de intervención con base en la evidencia y no en la edad. «Los pacientes mayores alcanzan la misma movilidad después de la cirugía. No reingresan más. No hay razón para negarles esta oportunidad», concluye Blanco.

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