Yolanda Herrero y Miguel Ángel Igea, en una de la aulas de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca.

«El 90% de nuestro trabajo lo hacemos desnudos»

Miguel Ángel Igea y Yolanda Herrero son dos de los siete modelos en vivo que trabajan en la Facultad de Bellas Artes. Son la muestra para dibujos, fotografías o incluso esculturas de los alumnos

Alejandro Segalás

Salamanca

Lunes, 25 de marzo 2024, 10:28

«El 90% de nuestro trabajo lo hacemos estando desnudos». La frase impacta y llama poderosamente la atención, pero lo que viene a resumir es el trabajo de siete personas en la Universidad de Salamanca que son modelos en la Facultad de Bellas Artes. Al común de los mortales les puede sorprender este oficio, pero ellos lo ven lo más normal del mundo y lo afrontan con una gran profesionalidad volcados en el arte.

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De ese plantel de siete modelos que tiene en plantilla la Facultad de Bellas Artes atienden a este diario Miguel Ángel Igea, con 25 años de experiencia en el puesto, y Yolanda Herrero, que suma 18 años de bagaje.

Se trata de un trabajo como otro cualquiera con el sopor del lunes y con la adrenalina del viernes. «Trabajamos de lunes a viernes todas las mañanas de 9.00 a 14.00 horas obligatoriamente y dos tardes a la semana, pero no todas las horas son de pose», describe Miguel Ángel Igea, quien matiza que de las 35 horas semanales, solo 25 pueden ser de pose por lo que marca el convenio.

Se entra por oposición

La selección de personal para estos perfiles tan característicos se hace por oposición. Hay varios exámenes con temas comunes de otras oposiciones como la Constitución y demás y también uno específico donde se abordan aspectos más técnicos como la iluminación, cánones del dibujo y demás.

Miguel Ángel y Yolanda admiten que uno de los retos más complejos a los que se tienen que enfrentar es a responder a la pregunta a qué te dedicas. «Nuestro puesto es modelo en vivo de Facultad de Bellas Artes y claro cuando decimos esto la gente alucina», destaca Yolanda Herrero.

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Su termómetro corporal manda

Los modelos en vivo de Bellas Artes en cada clase hacen de termómetro ellos mismos para decidir si posan sin ropa o no. Llevan calefactores para los meses más fríos pero hay veces que ni con el apoyo de calor se puede estar desnudo con tan pocos grados en el ambiente en determinadas aulas.

La frase de mi cuerpo es mi templo toma más protagonismo en oficios como este. Miguel Ángel y Yolanda describen que tienen que cuidarse mucho para poder estar bien físicamente para las exigencias de su labor profesional. «No consiste en estar bien desde la estética, sino que cuanto mejor forma física tengas, mejor aguantas las poses. Se trata de una trabajo físico y mental», añade Igea.

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La preparación es necesaria y es que las clases a las que se enfrentan estos modelos son de cinco horas. «Para nosotros una hora de trabajo consiste en 45 minutos de poses y 15 de descanso», agregan.

Tanto Yolanda como Miguel Ángel intenta explicar la dificultad que entrañan estar 45 minutos seguidos con la misma pose. «Estar 45 minutos en el sofá viendo la televisión no es difícil, pero hacerlo sentado en un taburete ya es más complicado», exponen, mientras que reconocen que, aunque con la experiencia que tienen saben cómo colocarse, casi siempre acaban con algún dolor postural las sesiones. Las muñecas y las rodillas son las zonas que más lesiones tienen en este tipo de modelos en vivo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca.

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Equilibrio entre cuerpo y mente

En este oficio buscar el equilibrio físico y mental para aguantar esos 45 minutos seguidos en la misma pose es el gran reto. «Como traigas de fuera algún problema sí se hace pesado, ya que no paras de darle vueltas, pero si está todo normal te pones unos cascos y escuchas música y se hace más llevadero», indica Yolanda Herrero.

Recuperar la pose anterior después del descanso tampoco es sencillo. «Cuando nos vamos a quitar hacemos marcas con carboncillo para recordar luego cómo estamos o utilizas una cinta para señalar. No obstante, el paso del tiempo te acaba enseñando a colocarte casi igual que estabas», apuntalan.

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Después de todo lo expuesto queda claro que la profesión de modelo en vivo en la Facultad de Bellas Artes también tiene sus secretos y cosas buenas y malas, como sucede en todos los oficios de este mundo.

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