Javier Sánchez, en Playa del Carmen, México.
SALMANTINOS POR EL MUNDO

Las vivencias y consejos de un salmantino en México: «Me chocaba mucho al principio ver en cualquier centro comercial agentes con armas largas»

Tras un año y medio en el país latinoamericano y de regreso en territorio nacional, Javier Sánchez relata su experiencia viviendo allí

José Fuentes Rajo

Salamanca

Lunes, 22 de julio 2024, 12:54

Las oportunidades laborales, en ocasiones, empujan a los trabajadores a viajar a otros países y descubrir culturas completamente diferentes, aun cuando se comparte el mismo idioma. Este es el caso de Javier Sánchez, que se mudó a México para iniciar desde cero un proyecto con la empresa de ocio con la que trabaja en España. Tras un año y medio en el país latinoamericano y de regreso en territorio nacional, el salmantino relata su experiencia viviendo allí.

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¿México le ha sorprendido o es como se lo imaginaba?

—A México tienes que ir predispuesto a conocer. Normalmente, los extranjeros estamos en zonas muy localizadas. En el caso de Ciudad de México, puede ser la Colonia Condesa, Colonia Roma, Santa Fe…, pero no te permiten conocer el auténtico México como si vives por ejemplo donde lo hacía yo, en Naucalpan de Juárez. Culturalmente y gastronómicamente, es un país que me ha arrebatado el corazón. Me ha sorprendido para bien. No esperaba que tuviese tantos matices, tantos detalles, tantas capas que lo hacen tan especial y ha sido una grata sorpresa en ese sentido.

Javier Sánchez en las Pirámides de Tenochtitlán

¿Cuál ha sido el mayor reto viviendo allí?

—El mayor desafío fue cambiar mi vida radicalmente en apenas 15 días y empezar un proyecto con pocos recursos al principio al que le teníamos que dar una estructura mucho más grande; un proyecto que se ha hecho con mucha ilusión y ganas del que me llevo un gran crecimiento personal. La parte más difícil es el sacrificio que haces alejándote de los tuyos y es lo que más echas en falta. Al fin y al cabo, cuando pasas tanto tiempo solo, te acuerdas más de la gente.

¿Cómo es el carácter de los mexicanos?

—El mexicano es una persona tremendamente educada. Si se les puede distinguir por una cualidad, sería la prudencia y la parte más bonita es que te dan lo que tienen. Si te llevas un amigo mexicano, te lo llevas para toda la vida. Yo puedo decir que algunos son prácticamente hermanos para mí. Hay una cosa que me conquistó de México desde un principio, que es el afán de la gente por contarte su historia y de transmitirte por qué están tan 'enganchados' a su país. De hecho, el mexicano es super patriótico a todos los niveles y me parece algo super bonito comparado con el clima polarizado de España en el que hay tantos complejos con el pasado que hemos tenido.

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México está considerado como un país poco seguro ¿Usted ha tenido esa percepción?

—Yo no he tenido sensación de peligro en ningún momento. Sí que es verdad que es un país en el que tienes que estar 'despierto' y hay que contextualizar que tiene más de 120 millones de habitantes, que, comparado con España, es un país casi cuatro veces más grande y todo se multiplica. Yo creo que, aplicando el sentido común y teniendo un poco de intuición o de calle, es difícil verte en una situación comprometida. También es verdad que los estándares de seguridad no son los que tenemos en Europa. Me chocaba mucho al principio ver en cualquier centro comercial agentes con armas largas, con un fusil o una ametralladora. Es verdad que el sentimiento de peligrosidad en México existe, pero no es tanto como lo que nos llega a nosotros en las películas, que parece un país inhabitable. Es un país que, si todo va bien y todos los indicadores económicos se cumplen, seguramente de aquí a cinco años o seis sea puntero en economías mundiales y el desarrollo en seguridad pues también va en paralelo.

¿Entonces no le ha tocado de cerca ninguna situación relacionada con la criminalidad?

La chica que me ayudaba en casa, por ejemplo, la secuestraron, hicieron un secuestro express, la metieron en un coche y la llevaron por diferentes cajeros para sacarle dinero. No es tan difícil encontrarte eso, siempre te vas a encontrar a alguien que conoce a alguien en esa situación, pero también quiero contextualizar que a nivel estadístico es que son 123 millones de personas y los problemas y las incidencias también se multiplican.

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¿Qué es lo que más echa de menos de España viviendo allí?

—México es un país que por distancias 'te come', entonces no tienes la calidad de vida que tienes en España, que te permite trabajar pero también ver a tu familia y amigos. Y lo segundo es la luz, que puede parecer absurdo, pero México es una país en el que a las seis y media de la tarde es de noche, sea la estación que sea, y es que, en Salamanca, a las diez y media de la noche, en verano aún hay luz, y quieras que no, emocionalmente te mejora el estado de ánimo.

¿Qué consejo le daría a un salmantino que se vaya a vivir a México?

—Le aconsejaría que fuese con la mente abierta, con ganas de conocer un país increíble que sin duda va a suponer un antes y un después en su vida, que prueben una gastronomía maravillosa, que es una de las pocas que son Patrimonio de la Humanidad, y que vaya sin prejuicios. El mexicano es una persona maravillosa. Obviamente, situaciones malas hay en todos los sitios, pero no creo que alguien se pueda llevar una imagen mala de un país con tantas capas.

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Tacos

¿Por qué no se queda a vivir allí?

—En el plano laboral, tenía un proyecto súper atractivo. Muchas empresas intentamos asentarnos ahí porque lo vemos como uno de los países que más proyección va a tener, pero, en el plano personal, tenía un proyecto mucho más atractivo aquí.

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