'Robot salvaje', un clásico moderno de la animación ya favorito al Oscar

Es el estudio de animación más importante del mundo solo por detrás de Pixar, como avala el éxito descomunal de sagas como Kung Fu Panda, El gato con botas o Madagascar. Pero DreamWorks viene de atravesar unos últimos años un tanto irregulares, en los que mantuvo su tirón entre el público pero no el favor de la crítica, fatigada de tantas secuelas (Trolls, El bebé jefazo, Los Croods); incluso hubo algún pinchazo comercial, como Ruby: aventuras de una kraken adolescente. Sin embargo, la casa fundada en 1994 por Spielberg, Katzenberg y Geffen tenía un as en la manga. Una joya a la altura de lo mejor de su historial (Shrek, Chicken Run). Se titula Robot salvaje, se estrena este fin de semana en Van Dyck y Van Dyck Tormes, y la prensa especializada la considera ya favorita al Oscar de su categoría, lo que no es poco decir en el año de Del revés 2. Como guinda del pastel, en EEUU ha sobrepasado las previsiones de taquilla y en apenas dos semanas ya ha recuperado su presupuesto.

Esta emocionante fábula trata de la naturaleza, la supervivencia y la armonía. Sigue los pasos de una robot muy curiosa que un día aterriza en una isla remota. Está programada para ayudar a los humanos, que allí brillan por su ausencia; por tanto, de pronto carece de propósito. Además, todo es nuevo para ella: se encuentra fuera de sitio, hostigada por el sol y por las olas, rodeada de una fauna al principio muy hostil con ella. Por eso, trata de adaptarse al entorno. Poco a poco, va estudiando a los animales y su lenguaje, para poder comunicarse con ellos. Hasta se convierte en la madre adoptiva de una cría de ganso huérfana. La historia, que adapta la novela ilustrada de Peter Brown de 2016 (ganadora de multitud de premios y best seller internacional), nos habla del esfuerzo ante las adversidades, del sacrificio y el aprendizaje. Pero sobre todo del sentido de comunidad, tan necesario en un mundo cada vez más individualista. Un discurso profundo que se transmite con naturalidad, sencillez, melancolía y pinceladas de humor, señas de identidad del cine del veterano guionista y director Chris Sanders, responsable de Lilo & Stitch o de la estupenda Cómo entrenar a tu dragón. En cuanto a su bellísimo aspecto visual, impacta por una animación llena de personalidad y estilo, que combina la tradicional con el 3D, los fondos hiperrealistas y las texturas, lo que sumado a los movimientos de cámara se traduce en una experiencia inmersiva. Por su ternura, corazón y valores humanos, Robot salvaje aspira a la condición de clásico moderno, en la estela de otros androides entrañables como El gigante de hierro o como Wall-E.

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