El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, critica duramente la norma impulsada por el Gobierno. ARCHIVO

El rector carga contra el Estatuto del Becario: «Su propósito es maquillar cifras de la Seguridad Social»

El rector de la Universidad de Salamanca considera un «despropósito» la norma que obligará a cotizar por todas las prácticas | «La empleabilidad de los jóvenes no es prioritaria, pero sí pagarles el Interrail»

Lunes, 19 de junio 2023, 05:19

«El Estatuto del Becario es un despropósito». El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, se suma a la lluvia de críticas que ha recibido el borrador del Estatuto que prepara el Gobierno en contra de todos los agentes implicados salvo algunas organizaciones sindicales.

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«En España hay dos problemas que las políticas educativas del Gobierno no han resuelto: uno es el alto índice de paro juvenil y el otro es un marco legal estable para la educación. Las dos cuestiones se han desatendido con decisiones desacertadas y en el Estatuto del Becario confluyen ambas», asegura el rector del Estudio salmantino y hace hincapié en que esa norma «no atiende las prioridades reales, que son ofrecer una formación de calidad y mayor empleabilidad, y genera problemas mucho más graves de los que dice querer resolver».

Rivero se atreve a asegurar que el polémico estatuto tiene un propósito inconfesable:«Maquillar las cifras de la Seguridad Social». Desde su punto de vista, «los derechos de los estudiantes en prácticas y las legítimas reivindicaciones sindicales se pueden proteger con la inspección de trabajo, aunque habría que reforzarla, sin embargo se va a generar un problema que, además, va a ser muy difícil de gestionar por la Seguridad Social, ya que se le va a trasladar una serie de cargas administrativas para las que no está preparada», incide el rector y recuerda que también verán incrementada su actividad las universidades y eventualmente las empresas.

«Como rector de la Universidad de Salamanca pido a los responsables públicos que tomen decisiones para que los jóvenes tengan una buena formación y un buen empleo. Esta decisión es todo lo contrario», lamenta Ricardo Rivero y añade: «No hay que descontextualizar el error que comporta esa norma de toda una serie de decisiones en las que queda perfectamente claro que la empleabilidad de los jóvenes no es prioritaria, es decir, lo prioritario es pagarles el Interrail, que es fantástico y también es una formación, pero los padres y madres queremos que nuestros hijos tengan un buen empleo y buena formación para ese empleo. Lo que pido es que nos dejen trabajar en esa dirección».

En cuanto a la advertencia que han lanzado desde distintos ámbitos acerca de la posibilidad de que el Estatuto del Becario provoque que haya carreras que no se puedan completar por falta de prácticas, el mandatario de la institución académica salmantina reconoce que puede llevar al incumplimiento de las memorias de los planes de estudio, pero tranquiliza a los alumnos: «Si se llegara a aprobar, las universidades desplegaremos todos nuestros esfuerzos para que los estudiantes no se vean perjudicados», eso sí, insiste: «Tener que remar contra decisiones del Gobierno para proteger la formación y empleabilidad es paradójico».

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Rivero reconoce también que el momento es muy inoportuno, no solo por la próxima celebración de elecciones generales, sino porque «el margen con el que contarán las universidades para la adaptación es exiguo». La intención era que el Estatuto entrará en vigor el próximo curso, pero, pese al empeño de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, de poner en marcha la norma lo antes posible, no está claro aún que vaya a pasar por el Consejo de Ministros antes del 23 de julio. De hecho, Diana Morant, ministra de Ciencia, ha descartado que el Estatuto del Becario se vaya a aprobar con tanta premura.

«Está todo muy conectado. En estos días las familias están tomando decisiones de gran alcance para su futuro —es el periodo de preinscripción en las titulaciones universitarias—. Que en medio de esa decisiones tan relevantes se empiece ahora, por un interés político cortoplacista, a generar problemas a todo el sistema universitario, que somos las puertas del mundo profesional, es un desastre», concluye indignado el rector de la Universidad de Salamanca.

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