Pablo Mateos en Kanazawa (Vídeo sobre la Villa Española de Shima)
SALMANTINOS POR EL MUNDO

Parques temáticos de España, abrazos 'prohibidos' o comer por cuatro euros: las sorpresas de un salmantino viviendo en Japón

Pablo Mateos nos cuenta su experiencia residiendo en Tokio

Martes, 2 de julio 2024, 11:03

Ser de Salamanca y pasar a vivir en una ciudad de más de 13 millones de habitantes situada a unos 11.000 kilómetros de distancia y donde hablan un idioma totalmente diferente supone un giro de 180 grados que Pablo Mateos, un joven de 24 años, lleva experimentando desde hace dos años en Tokio, donde trabaja como informático en una empresa textil.

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¿Cómo ha sido el cambio de vivir en una ciudad pequeña a una de más de 13 millones de habitantes?

Pues la verdad es que fue un poco chocante al principio, sobre todo salir a la calle o coger un tren y ver que estaba siempre lleno y que costaba entrar y salir. Los primeros días me costaba llegar a los sitios, me perdía todo el tiempo y llegaba siempre tarde a todas partes. Otro de los cambios ha sido comer entre las 11 y las 12 y cenar a las 6 o 7, aunque ya me he acostumbrado y ahora me cuesta casi volver al horario español.

¿Su residencia en el extranjero ha sido como se imaginaba o se ha sorprendido?

En algunas cosas me ha sorprendido y en otras es como imaginaba. No es la primera vez que vivía fuera porque ya estuve de Erasmus, pero es la primera vez que vivía tan lejos de casa y en un sitio donde hablo un idioma totalmente diferente, la gente no habla casi inglés, entonces eso costó un poco y sigue costando día a día de hoy.

También esperaba poder comunicarme y hacer amigos de forma más fácil, aunque me considero afortunado en comparación con otros, ya que, aunque la forma de relacionarse aquí sea tan diferente, he conseguido llegar a tener buenas amistades aquí.

¿Cuál diría que ha sido su mayor desafío viviendo allí?

El mayor desafío, aunque hay muchos, sería encontrar trabajo, ya que, aunque las empresas te digan que hablan inglés, luego la gente que trabaja allí no habla tan bien, entonces, necesitas sí o sí comunicarte con ellos en japonés.

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Y luego, viajar es mucho más fácil que en España, pero tienes que cogerle el truco al principio. El primer viaje que hice totalmente solo fue a Okinawa, las islas que hay al sur del país, encima todo muy diferente porque aparte de que la gente habla con un acento distinto, hay una especie de tarjeta de transporte que vale para todo el país, menos allí, y mi japonés estaba en un nivel muy malo porque fue justo cuando empecé a vivir en Japón, pero bueno eso lo hizo más interesante incluso.

¿Qué es lo que más extraña de Salamanca viviendo en Tokio y viceversa?

Lo que echo de menos de Salamanca es la gente que conozco allí, la comodidad de poder ir a todos los sitios y no tener que depender siempre del tren, ya que aquí las distancias son muy grandes, a fin de cuentas, en Salamanca puedes ir siempre andando, o si acaso en un bus, y eso permite hacer planes improvisados.

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Y al contrario, pues la variedad de opciones que hay en Tokio, aquí puedes ir a una zona que no conoces de la ciudad y encontrar todo tipo de planes, sin nisiquiera tener que buscarlos.

También se echa de menos en España poder comer directamente por tres o cuatro euros, siete como mucho.

Y en cuanto al carácter de las personas, ¿Qué es lo que más le gusta de ambos lugares?

Voy a empezar por la parte de Japón. Lo que me gusta de la forma de ser japonesa es que la gente no juzga a los demás, o al menos tienen pensamientos, pero nunca lo van a decir. Cada uno va muy a lo suyo, en el buen sentido, entonces nadie se mete en la vida de los demás, algo que no pasa en España.

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Y a la inversa, me gusta mucho de los españoles su carácter, pienso que la mayoría de los españoles son acogedores, gente amable y con la que es fácil establecer una relación a corto o largo plazo.

En su opinión, ¿qué perspectiva tienen en general los japoneses de los españoles?

Yo veo un gran interés por el país, cada vez que me presento y digo que soy de España, la gente sonríe y me hace muchas preguntas sobre fútbol, comida, sobre diferentes ciudades, como Barcelona..., la gente aprecia mucho nuestra cultura.

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También muchos japoneses creen que los españoles comemos paella todos los días y que todos sabemos bailar flamenco. Algo muy interesante son los parques temáticos, entre comillas, de España. Yo he ido dos veces a la Villa Española de Shima, donde tienen, por ejemplo, copias de la Plaza Mayor de Madrid, el parque Güell de Barcelona…, y hacen desfiles espectaculares. Es muy curioso ver cómo la gente va y disfruta al ver a otros disfrazada de Dalí o de Picasso o se aprenden canciones en español.

¿Y alguna vez se ha encontrado allí con alguien que conozca Salamanca?

Pues la verdad es que sí. Aquí en el trabajo fui de visita a una de las tiendas de la empresa y una dependienta me dijo que conocía Salamanca de haberla visitado cuando había estado viviendo en Sevilla y que le había gustado mucho. Y luego aquí en la oficina a veces les suena por la universidad. Casi siempre que alguien conoce Salamanca es por la universidad, me ha sorprendido que llegue incluso hasta Japón.

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¿Qué fue lo que le empujó a irse a vivir a Japón?

Pues sinceramente no lo sé, mucha gente me pregunta, pero no tengo tan claro cómo fue, por mucho que lo pienso. Yo tenía claro desde que estaba en la universidad que al acabar la carrera quería irme fuera a probar a vivir en un sitio diferente. Vine aquí con una beca de la Universidad Pontificia y luego estuve por aquí viajando por el país unas semanas con unos amigos y me gustó mucho. Se me hizo muy corto. Quería aprovechar para tener una experiencia local a largo plazo, así que tomé una decisión muy rápida e intensa al volver a España.

Es gracioso porque cuando hablo con la gente y me preguntan, por ejemplo, ¿te gusta el anime? , ¿te gusta el manga? Y nunca sé qué decir. A la gente le llama la atención, porque todas los extranjeros aquí vienen por eso, pero no ha sido mi caso.

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¿Cómo son allí las relaciones románticas?

Yo pienso que somos muy diferentes, las relaciones aquí empiezan muy rápido y acaban muy rápido. Está todo muy establecido, tú tienes tres citas y a la tercera confiesas tu amor, y a partir de ese momento sois pareja. Muchas parejas a la semana, o como mucho al mes, cortan. También es muy normal ver una persona que sale con alguien, duran una semana y a la semana siguiente sale con otra persona.

Y el contacto físico también supongo que será diferente, ¿no?

Sí. Es verdad que darse la mano es algo que se ve normal, pero darse besos en público es algo muy raro. Y un abrazo en España se lo das a cualquier persona con la que tengas un poco de confianza, pero aquí, si ves abrazos es porque uno de los es extrajero, si los japoneses se abrazan es porque hay algo romántico detrás. Pero yo a mis amigos ya les he metido en la cultura de los abrazos, entonces ahora ya nos damos abrazos sin problema, pero me ha costado.

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¿Le gustaría quedarse a vivir para siempre en Japón?

Pues la verdad es que no. A corto plazo sí que me veo aquí porque estoy cómodo, tengo buena gente a mi alrededor aquí. Pero a largo plazo pienso que en el momento de tener una familia voy a asentarme en otro sitio, me gustaría hacerlo en Europa y la verdad es que España es un país que me gusta mucho, incluso Salamanca.

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