«En mayo se liberó material y no hubo noticias. Otra mentira más»

Las instituciones provinciales critican duramente al Gobierno por mantener solo entre semana la cuarta frecuencia ferroviaria y no reponer la quinta, tras más de cuatro años de espera.

Carlos García Carbayo, alcalde de Salamanca, es tajante en su valoración: «De un Gobierno preocupado por tapar sus incontables casos de corrupción y de un ministro de Fomento centrado en descalificar o bloquear en redes sociales a todo aquel que osa criticarlo, no podemos esperar otra cosa que no sean mentiras, incumplimientos y plazos ficticios».

El regidor recuerda que recuperar la cuarta frecuencia —eliminada durante la pandemia— supuso más de cuatro años de espera y solo se logró tras una movilización multitudinaria que llenó la Plaza Mayor. Pero, añade, fue una recuperación a medias. «Seguimos esperando que se extienda a los fines de semana», denuncia Carbayo, quien acusa además al ministro de Transportes y al delegado del Gobierno de incumplir su promesa de incorporar una quinta frecuencia una vez liberados los trenes que operaban en Galicia. «En mayo sucedió eso y no hemos tenido noticias de ella. Otra mentira más», añade.

El alcalde también carga contra la manipulación de los datos de ocupación de los trenes. «Hasta UGT los ha tenido que desmentir», señala, al tiempo que lamenta el retraso del estudio de viabilidad del tren Ruta de la Plata, la paralización de la electrificación ferroviaria hasta la frontera —con cinco años de demora— y la falta de apoyo al trazado por Salamanca del tren rápido con Portugal.

«El PSOE de Salamanca mantiene un silencio cómplice ante semejantes desplantes hacia una tierra que solo reclama lo que le corresponde, ni más ni menos», remata.

Por su parte, Javier Iglesias, presidente de la Diputación de Salamanca, recordó que la actual oferta ferroviaria no supone ningún avance real respecto a la situación previa a la pandemia: «El Gobierno de España, cuando puso la cuarta frecuencia hace un año, lo que ha hecho es restituir los mismos servicios ferroviarios que teníamos antes de la pandemia. Es decir, ha tardado cuatro años en volver a tener exactamente lo mismo».

Iglesias insiste en la necesidad de ampliar frecuencias reales y estables: «Lo que necesitan los salmantinos es tener un tren rápido con frecuencia, pasar a tener cinco, y probablemente seis, y dar el mejor servicio posible, porque Salamanca no se puede quedar atrás».

A un año de aquella medida, la provincia sigue esperando que las promesas se traduzcan en hechos. La presión institucional se mantiene, a la espera de una rectificación.

El presidente de la Cámara de Comercio, Benjamín Crespo, asegura que tanto la cuarta frecuencia los fines de semana como la incorporación de una quinta «son muy necesarias».

«Nos sentimos abandonados y creemos que no estamos aprovechando todo el potencial que tiene ahora mismo Salamanca», afirma. Así, lamenta que la «falta de disponibilidad» de horarios suponga un «detrimento» para todos los sectores. Considera una «verdadera pena» que, a pesar de los esfuerzos por convertir a Salamanca en un importante nodo logístico, se choque contra el muro de las comunicaciones.

La Asociación Tren Salamanca también alzó la voz ante lo que considera un nuevo incumplimiento del Ministerio de Transportes. Al cumplirse un año del regreso parcial de la cuarta frecuencia, la entidad lamenta que ni se haya extendido a los fines de semana ni se haya cumplido la promesa de la quinta frecuencia.

«El Ministerio de Transportes vuelve a los viejos tiempos. Ha rescatado la vieja estrategia de la rueda de la fortuna: cada vez que Salamanca exige lo que se le prometió, eligen una nueva excusa para decirnos que no», critica Alejandro Rosende, presidente de la asociación.

En su opinión, el material rodante que debía destinarse a Salamanca se ha derivado a otras regiones. «Se nos dijo que, una vez liberados los nuevos trenes de Galicia, habría material disponible para nuestra región. Pero en lugar de cumplir su palabra, han vuelto a incumplirla. Ese material ha sido derivado a otras zonas donde, casualmente, parece que existen 'deudas políticas' que saldar», sentencia.