Un frutero del Mercado versiona un plato típico español para que sea apto para celíacos

El salmorejo es, junto al gazpacho, uno de esos platos que en España saben a verano. Fresco, ligero y a base de tomate, se sirve como alivio en los meses de más calor. Sin embargo, lo cierto es que no entiende de calendarios: más allá de julio y agosto, sigue siendo una receta sana, nutritiva y con tantos adeptos que en septiembre continúa en muchas mesas.

Así lo recuerdan desde el Mercado de San Juan, donde Javier Carrasco, frutero de toda la vida, ha popularizado una versión adaptada a celíacos. En lugar de pan, Carrasco propone usar fruta –como manzana rallada– o incluso zanahoria. «Le da textura y dulzor, y lo puede disfrutar todo el mundo», explica entre cajas de temporada.

La idea no solo funciona para el salmorejo: también se puede aplicar a otros platos tradicionales que piden pan como espesante, pero que agradecen un toque más ligero.

Y razones para seguir sirviendo este clásico no faltan. Aunque falten apenas unos días para el otoño, el termómetro se resiste: en las últimas jornadas, el mediodía ha rozado los 35 grados, aunque por la noche refresque y toque chaqueta. En ese contexto, un salmorejo frío en la mesa parece menos una rareza y más una necesidad.

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