La artista que pone cara a los mayores de Salamanca y engrandece a la arruga como 'símbolo de haber vivido'

Un sabio dijo una vez que la grandeza de una sociedad se mide por la manera en la que trata a sus mayores. Pasear por la Avenida de Salamanca desde el pasado mes de abril se ha convertido para sus vecinos en un 'viaje a través del tiempo'. Todos ellos están siendo testigos del proceso de creación de un peculiar mural artístico a manos de la estudiante de Bellas Artes Laura Paz, de 21 años, en los muros de una residencia salmantina de mayores. La propuesta, todavía sin terminar, forma parte de su Trabajo de Fin de Grado y le ayudará a culminar cuatro años de trabajo con el corazón muy lleno. Cuando la obra finalice, mostrará seis rostros realistas de residentes actuales del centro.

«Mi pasión por la pintura surgió en la casa de mi abuela. Siempre desde muy pequeña he estado pintando, en casa de mi abuela siempre pintaba, en el colegio y en el instituto me apuntaba a cualquier concurso y aprovechaba cualquier oportunidad. En 2020 decidí apostar por mi pasión y comenzar a estudiar Bellas Artes», explica.

Al llegar al final del camino, su tutor de TFG le propuso realizar un mural que reforzase su gran habilidad: los retratos realistas. Cuando Paz se enteró de que realizaría los rostros de seis residentes salmantinos sintió una mezcla de emociones. «Siempre me había interesado el realismo y realizar relatos de personas mayores. Era un proyecto ambicioso y, a pesar de que estaba muy ilusionada, me daba miedo porque nunca había hecho un mural. Dije para mí misma, es ahora o nunca», reconoce.

Por otro lado, la artista pone el foco de su trabajo en las miradas de los mayores y sus arrugas. «Cuando hago retratos y sobre todo de personas mayores, pongo especial énfasis en las arrugas. Hay personas a las que no le gustan nada, pero yo lo veo como la máxima expresión de haber vivido», asegura.

La alumna reconoce a este medio que su objetivo es generar en el receptor diferentes sensaciones al observar las miradas y las arrugas de los retratos, dos peculiaridades en las que está prestando especial atención a través de su trabajo. « No me gustaría que esto fuese un mural triste o melancólico. Todos llegaremos a este momento y quiero que la gente lo reciba como algo bonito o relacionado con el significado de vivir. Entre los rostros podemos encontrar miradas más perdidas u otras que generan ternura. Siempre comienzo a dibujar los rostros por las miradas», afirma Paz.

La particular obra en el que se encuentra inmersa la artista, y a la que le faltan otros dos rostros para estar completa, comenzó en el mes de abril y es el fruto de 'un proyecto mucho más grande'. «Lo primero que hicimos fue llevar a los mayores de la residencia de excursión a nuestra facultad para hacerles unas fotografías con otra compañera. En esas instantáneas me he inspirado para realizar el mural. Ha sido un proyecto largo que espero terminar a mediados de junio», recalca.

La alumna de Bellas Artes siempre ha tenido una relación muy buena con sus abuelos, especialmente con su abuela materna. Esta realidad le ha influido a la hora de poner en valor a la tercera edad a través del arte: «Ahora mismo solo me queda mi abuela materna y ella fue la que me impulso a pintar desde pequeña», asegura. Por otro lado, muestra su opinión personal. «Al mayor se le debería representar más en el arte, ya que es una parte más de la vida. Igual que se representan otro tipo de etapas y elementos, la tercera edad debería de estar más presente».

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