No perdamos la perspectiva. No nos volvamos locos. A ver si ahora resulta que nos escandaliza más el error de los diputados de PP y Vox al votar algo sin enterarse de lo que votan que el nuevo acto ignominioso y aborrecible de Pedro Sánchez acortando las penas de los más sanguinarios terroristas de ETA.
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Entiendo que la metedura de pata de populares y verdes es para hacérselo mirar, pero se trata de un pecado venial comparado con la decisión consciente de los diputados socialistas que apoyan sacar de la cárcel cuanto antes a cuarenta asesinos, entre ellos Txapote, el desgraciado que disparó en la nuca a sangre fría a Miguel Ángel Blanco y que de no ser por esta» ley de Sánchez» continuaría entre rejas hasta 2031.
No tengo claro si PP y Vox deben castigar, apartar y fusilar a los responsables de no haberse leído bien el texto completo de la ley: lo que sí tengo claro es que los únicos responsables de la maniobra para colar la «enmienda del diablo» son el PSOE, Sumar (autor material del camuflaje), los proetarras, los nacionalistas recogenueces y los golpistas catalanes. Todos ellos votaron a favor con toda la mala leche en el Congreso y volverán a votar lo mismo cuando vuelva la Ley tras pasar por el Senado.
Podríamos rasgarnos las vestiduras por la bisoñez, la impericia y la falta de celo de los parlamentarios y parlamentarias de Feijóo y Abascal. Porque hay que ser pardillos y vagos a la vez para dejarse colar semejante engendro. Podríamos incluso culparles de este escándalo, de esta vergüenza para las víctimas, para la democracia y para todos los españoles. Pero no sería justo. Porque esa ley habría salido adelante en el Pleno del Congreso aunque populares y verdes hubieran votado en contra como les manda su honor y su conciencia.
Por supuesto que Sánchez y sus terminales gubernamentales y mediáticas echarán la culpa a los diputados de la oposición por no enterarse de la treta de la enmienda diabólica. Como siempre, el inquilino de La Moncloa miente. Ha sido él quien ha decidido cumplir su pacto con los filoetarras de Bildu sacando a los asesinos a la calle. Ya lo dijo, seguramente en un lapsus porque el acuerdo era y sigue siendo secreto, el condenado por terrorismo Arnaldo Otegui: «Presupuestos por presos». Yo te voto a favor de los presupuestos y tú acercas y liberas a mis colegas asesinos.
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Lo tenían todo pactado. La prueba es que ayer Feijóo le recordaba a Sánchez que tiene cinco días para meditar (¿de qué me suena?) y retirar la ley. Pero no lo hará, porque necesita los votos de Bildu, convertido ya en su socio preferente y Otegui en su amado colega del alma.
Aquí hay un bando de desalmados y pérfidos diputados y otra facción de parlamentarios torpes y holgazanes. A los primeros los juzgarán la historia y las urnas, y a los segundos hay que echarles una severa reprimenda. En el caso del PP, Feijóo debería dilucidar quién tiene que responder por no haber comunicado la inclusión de la enmienda de Sumar en la «ley Txapote», que los populares rechazaron en ponencia y luego aprobaron en comisión y pleno. No sabemos con certeza qué papel corresponde a la diputada salmantina María Jesús Moro, ponente sustituta y portavoz de la Comisión de Justicia, ni si está entre los que han puesto su cargo a disposición del partido pero en su caso, como en el del resto de implicados, lo mejor es que se aclare cuanto antes quién hizo mal su trabajo y que luego se asuman las responsabilidades correspondientes.
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Sin volverse locos ni perder la perspectiva, porque aquí el único culpable de este nuevo golpe a las víctimas del terrorismo solo tiene un nombre y vuela en Falcon.
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