«Señor, un monarca sólo puede llegar así de las cruzadas». La frase de Sabino Fernández Campo, exjefe de la Casa del Rey, a Juan Carlos I, tras regresar este de esquiar en Suiza con una fisura de pelvis, define a la perfección aquel reinado. Hace una década que tuvo que abdicar para salvar la monarquía y es que sus cruzadas, que no eran precisamente combatiendo en Tierra Santa, casi acaban con la casa real española.
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Nunca me ha sobrado la monarquía. Tiene un perfil más institucional, diplomático y de relaciones públicas que otra cosa, pero creo que es muy útil y más todavía viendo que nuestro presidente Pedro Sánchez cada vez que abre la boca sube el pan y se carga una relación diplomática con algún país amigo. Digamos que la geopolítica y las relaciones internacionales no son los suyo.
Además, las nuevas generaciones vienen pegando fuerte en materia de representación. Por la noche, soy muy fan de Froilán, un verdadero Borbón 2.0, mientras que por el día Leonor dejará el pabellón español bien alto allá donde vaya. Que hay que pagarle los internados y demás, pues se hace, que despilfarramos el dinero en tonterías y en este caso se trata de una inversión de futuro para que estemos bien representados en las cenas estilo Bridgerton en las próximas décadas.
Todavía recuerdo el pacto de no agresión de la prensa con la casa real española y yo en los 90 los veía tan idílicos en los veranos en el Palacio de Marivent... Eran la familia perfecta y todo el mundo demonizaba a la casa real británica, que ardía por los cuatro costados escándalo tras escándalo. La culpa era de los tabloides decían. Eso sí, no sé cuándo se acabó la tregua, pero cuando empezó a salir todo a la luz, a nivel de escándalos borbones y la Casa de Windsor van de la mano.
El que no abdica es el Real Madrid. Es el rey de la Copa de Europa y los culés ya estamos más que resignados. Ellos hablan de títulos de Champions y nosotros de deudas y miserias. Además, en los partidos clave ya se sabe el final. El Madrid es como esas películas que comienzan con el protagonista diciendo ¿quieren saber cómo he llegado hasta aquí? Ya sabes el final, pero está la gracia de estar 90 ó 120 minutos esperando para ver si es Carvajal el que de cabeza tumba una defensa de fornidos alemanes o de si el rival falla lo que no está escrito como preludio de su derrota. Por cierto, si ya hay generaciones de mimados en todos los sentidos, hay que sumarles esos madridistas que todavía no tienen edad para beber y que han visto a su equipo ganar 6 ó 7 Champions, algo que no han conseguido el resto de clubes en más de un siglo. Quién les dice ahora que las Copa de Europa no caen del cielo y que hay que esforzarse mucho en la vida para conseguirlas…
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Otro rey que tendrá un reinado eterno y al que sí juro pleitesía es al ibérico. 70 cortadores de jamón ibérico en la Plaza Mayor este domingo. Creo que no existirán estampas más deliciosas que esa mezcla que se pudo ver ayer en el corazón de la ciudad. Siempre me apiado de aquellos que por religión o enfermedad no pueden disfrutar de las delicias del cerdo. Lamento que haya gente que tenga que vivir esos sinsabores y que carguen con semejante penitencia. En su caso me darían ganas de abdicar de la vida.
Este monarca del que se aprovecha todo para Salamanca es ideal, ya que nos representa de una forma excepcional en todo el planeta y además no nos cuesta dinero, sino que nos genera riqueza y representa uno de los grandes motores económicos de nuestra provincia. El ibérico, el español, el patrimonio histórico y el proyecto de ser el polo tecnológico del suroeste de Europa es la verdadera cruzada de Salamanca de cara al futuro.
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