La Alberca estalla un año más con la representación de 'La Loa'
Cientos de personas colapsan el centro del municipio para asistir a la representación del auto sacramental sobre el bien y el mal
CASAMAR
Jueves, 10 de enero 2019, 17:00
La representación de 'La Loa' volvió a ser uno de los momentos más multitudinarios y especiales de las fiestas patronales de la Virgen de la Asunción en La Alberca. Otra vez los demonios volvieron a perder la partida contra el ejercito celestial que les derrotó ante cientos de personas en el “Solano Bajero”.La obra comenzó puntual con la intervención del “paisano” que hace las veces de presentador y orador aunque también tiene un papel crucial en la trama siempre entre chascarrillos y rimas burlonas. Tras esta presentación, llego uno de los momentos más esperados, la llegada de Lucifer a lomos de la “Bicha” que salió de la exposición “Temporalia” donde está expuesta junto con otra pieza similar para simbolizar el mal del mundo.La “Bicha” es una mezcla entre el cuerpo de un león, un toro y serpientes varias. Es el “logo” más reconocible de esta “Loa” y de buen seguro en tiempos pasados levantaba los miedos y temores de la población más crédula.El príncipe de las tinieblas se cabrea por oír los lores a la Virgen de la Asunción y hace que su “Bicha” descargue odio y destrucción sobre la tierra a la que denomina “madrastra del hombre”. Ese odio y destrucción se materializa con pirotécnica que hizo que mucho público reculase de su posición inicial y más de uno se asustara y escondiera debajo del escenario. Este año la curiosidad y anécdota fue que uno de los cañones de fuego se invirtió haciendo que el mismo demonio casi saliera ardiendo. Afortunadamente, Satán dio un gesto de “tranquilos no pasa nada” y continuó normalmente la función.El “malo” no esta sólo en esta obra esta acompañado por el ejercito formado por los pecados capitales: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia encarnados en siete pequeños “demonios” que saben realizar los gestos alusivos de su nombre y la cara de pícaros la ostentaron con gran maestría.Finalmente San Miguel planta cara al demonio que quiere entorpecer la devoción por la Virgen de la Asunción y trae consigo las siete virtudes: humildad, generosidad, castidad, paciencia, diligencia, templanza y caridad encarnadas en unas niñas con más caras de buenas que los demonios.Finalmente el mal perdió y todos ovacionaron el buen hacer de los actores locales.
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