Mancebo trata de zafarse de Diego en el choque de este domingo en As Eiroas.

Punto de partida para el Salamanca UDS en As Eiroas (2-2)

El conjunto blanquinegro firma tablas con el Bergantiños en un choque de menos a más, en el que los de Jorge García pagan caro la tibieza en los arranques de ambos tiempos. Lara y Abraham, primeros goleadores de cabeza

Iván Ramajo

Salamanca

Domingo, 7 de septiembre 2025, 19:16

El Salamanca UDS levantó el telón de la temporada con un punto en As Eiroas, que no es poca cosa, teniendo en cuenta que, hasta este domingo, el conjunto blanquinegro no había sacado nunca nada positivo en el feudo de Carballo.

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Pudo ser mayor el botín si los de Jorge García hubieran transformado alguna de las muchas ocasiones —varias de ellas especialmente claras en el segundo tiempo— o si no hubieran tenido arranques tan tibios en ambas mitades. Pero, en honor a la verdad, también pudo ser peor, ya que por dos veces el Bergantiños se puso por delante en el marcador, y de los dos golpes se levantó el equipo del Helmántico de la lona.

Le costó un mundo al conjunto blanquinegro aparecer en As Eiroas. El campo de Carballo es un feudo que históricamente siempre se le ha atragantado al club del Helmántico, hasta el punto de que, antes de este domingo, no había sido capaz de sumar un solo punto allí. Y así pareció que iba a ser una vez más. La incomodidad del césped artificial sobre el que juega el Bergantiños era palpable. Tanto, que el equipo local lo olió a la legua y empezó a llevar el balón al área de Leo Mendes por lo civil y por lo criminal, hurgando en esa herida. No tuvo que rascar demasiado para encontrar la grieta del gol: un balón despejado de cualquier manera le cayó a Marru en la frontal, y este se sacó un zurdazo cruzado con toda la intención al que no llegó Leo Mendes —la gran novedad del once de Jorge García, en detrimento del capitán Jon Villanueva—. No se había llegado a la media hora de partido.

El tanto, como ya pasó en el Reina Sofía en la Copa RFEF, lo digirió sin inmutarse el equipo blanquinegro. Parecía como si necesitara ese estímulo de verse con el marcador en contra para despertar. Mancebo, Abraham y Servetti comenzaron a morder en la presión, y tras ellos le siguió todo el equipo, ganando metros. El Bergantiños asumió que era el turno de guardar la ropa, a la espera de cogerle la espalda a la defensa adelantada casi hasta el centro del campo. Pudo hacerlo Marru diez minutos después de su tanto; sin embargo, Lara emergió providencial para evitar el segundo gol local.

Con el balón en su poder, al Salamanca UDS le faltaba claridad arriba. Una llegada de Abraham por banda derecha resultaba un pobre bagaje ofensivo, hasta que los blanquinegros hallaron la veta del gol a través del balón parado. Cristeto se sacó de la chistera un centro extraordinario en un saque de esquina que Lara, como Puyol frente a Alemania, mandó al fondo de la red de Canedo. No pudo llegar el gol en mejor momento: en el último suspiro del primer tiempo.

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De vuelta de vestuarios, el Salamanca UDS volvió otra vez con el rictus a la contra. El Bergantiños se adueñó del balón y, en un parpadeo, se adelantó nuevamente gracias a un formidable disparo por la escuadra de Amin. El central se había sumado al ataque en un saque de banda y, nada más aparecer por los dominios de Leo Mendes, mandó el balón a la escuadra.

Con la misma velocidad con la que el Bergantiños hacía su segundo gol, empataba el Salamanca UDS. Insistió por la izquierda Souley y, cuando todo el mundo puso sus ojos en Servetti, Abraham reclamó el foco apareciendo como un ratón del área por el segundo palo. Su frentazo a bocajarro fue inapelable.

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Con el marcador de nuevo igualado, el Salamanca UDS gozó de dos ocasiones seguidas —de Aimar y Mancebo— que pudieron poner a los blanquinegros en ventaja, pero, por milímetros, ninguna de las dos encontró portería. Un zurdazo durísimo de Souley, diez minutos después, pudo haber sido el 2-3, pero esta vez Canedo firmó la parada del partido.

A partir de ahí, Jorge García decidió proteger el punto, darlo por bueno y despejar fantasmas del pasado con una defensa de cinco en la que Marotías se sumó al eje de la zaga.

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