Las cinco «Montses Tomés» de Salamanca

Con el paso de los años los banquillos del fútbol base salamantino han dejado atrás la monótono imagen de los hombres dirigiendo para abrir el abanico a las mujeres, que también tienen una fuerte vinculación con el fútbol. Actualmente hay cinco entrenadoras con título en la base y tan solo 3 clubes han dado la oportunidad a estas cinco mujeres de seguir conectadas al fútbol. Lucía Rodríguez, del Salamanca FF de 2ª alevín, Alba de Arriba, del Salamanca FF B de 3ª alevín, Ruth Chamorro del Ribert E de 3ª alevín, Raquel Santos, del Ribert C de 3ª benjamín, y Andrea García, del Monterrey B de 3ª benjamín, son cinco mujeres que sin saberlo tienen mucho en común, pero, el aspecto principal en cada uno de ellas es que desde bien pequeñas han estado vinculadas al fútbol.

«En mi caso fui jugadora de fútbol, por lo que siempre he estado de la mano de este deporte, señala Andrea García, que este año acude a las clases del curso de entrenadores ya que está en proceso de completarlo. En el caso de Raquel Santos, «desde pequeña me gusta el fútbol y junto con Ruth (actual entrenadora en el Ribert E) decidimos empezar el curso de entrenadores». Por último, Ruth Chamorro inició su andadura en el fútbol a una edad temprana. «Empecé a jugar al fútbol desde con 13 años y luego decidí pasarme a los banquillos, ahora tengo la licencia provisional de UEFA C lo que me permite seguir entrenando».

Las tres aclaran que el fútbol cambia mucho mirado desde los banquillos. «Para mí existió un gran cambio porque notas la diferencia al instante, hay cosas que no te das cuenta porque estás jugando ya sea en la grada o con tus compañeros», comenta la entrenadora del Monterrey B. «Es cierto que cuando entrenas lo ves todo de otra manera, puedes achacar ciertas cosas al árbitro que luego en la banda te das cuenta que no es así», manifiesta Chamorro. Con la nueva regla de la RFCyLF que obliga a tener una licencia de entrenador UEFA C, las tres entrenadoras se muestran satisfechas ya que inciden que «entrenar no es solo enseñar aspectos tácticos». «Con el curso de entrenador entiendes que existe una forma totalmente diferente de entrenar, ya sea en ejercicios o a través de nuevos dinamismo, a lo que estás acostumbrada como jugadora de campo», subraya García. «Cuando has jugado al fútbol pues crees que sabes entrenar y vas a lo básico, pero luego te das cuenta que todo es mucho más amplio en referencia a los valores y al trabajo», cita Santos. Con la nueva regla se da el caso que muchos equipos, ya sea por el aspecto económico o por el desconocimiento, deciden optar por la figura del delegado. «Desde mi opinión, creo que en el curso de delegado no recibes apenas una formación en comparación con el curso de entrenador. Realizas un examen en base a los contenidos teóricos, no ofrece una mayor importancia a la práctica como sí ocurre en el curso», añadiendo que «el curso te ofrece métodos, formaciones tácticas y primeros auxilios, entre otras muchas asignaturas que ayudan», zanja la entrenadora del Ribert E.

El fútbol base debe ser mucho más grande que una guerra de géneros ya que hay gente válida tanto en hombres como en mujeres, porque entre otras cosas, como coinciden las tres protagonistas, «lo importante es que los niños y niñas aprendan no solo aspectos del fútbol, también que se formen como personas y se diviertan y disfruten mucho como hacemos nosotras».

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