Y murió «Calcetines»

Martes, 10 de octubre 2023, 09:40

Ayer recibí este mensaje de Juan Luis Martín Sevillano, a eso del mediodía: «buenos días, César, Calcetines ya no pudo más. A ver si su muerte contribuye a dar visibilidad al desastre sanitario que padecemos». A continuación, añadía una serie de ideas para reflexionar: «después de mucho luchar, Calcetines no ha podido superar la enfermedad de la que se contagió durante su gestación. Tras nacer con malformaciones en patas, orejas y lengua, con todos los esfuerzos que hemos realizado por sacarlo adelante (encalostrándolo, dándole leche con sonda, enseñándole a mamar, curándole diariamente las heridas, aportándole suplementos vitamínicos, etc) logró sobrevivir poco más de un mes». Recuerdo quién era Calcetines: un ternerín que nació infectado por la EHE, que está causando graves daños en la cabaña de vacuno de Salamanca. Desde LA GACETA y desde Agropopular, con la colaboración del ganadero titular de la explotación, Juan Luis Martín Sevillano, contribuimos a dar a conocer este nacimiento y a convertir el animalito en un símbolo de la lucha contra la enfermedad. Calcetines llego a ser tendencia en las redes sociales durante buena parte de la mañana de un sábado.

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Día a día, semana a semana, seguimos su evolución hasta que ayer murió. No voy a decir que los responsables de su muerte son los que gestionan la sanidad animal en el Ministerio de Agricultura o en la Consejería correspondiente de Castilla y León, pero algo sí han tenido que ver. Y eso vale para Calcetines y para todos los animales que han muerto o que están enfermos y con secuelas por la desidia y la dejadez de las diferentes Administraciones, de sus máximos responsables políticos y de los funcionarios que ven lo que pasa desde la lejanía de sus despachos, sin ponerse en el lugar de los ganaderos, para los que sus animales son lo primero, y no solo desde el punto de vista económico. Bien se podría decir que para un ganadero vocacional sus animales son su vida.

Y es que la «no gestión», no me atrevo a llamar gestión a lo que ha sucedido, comenzando por la del propio ministro de Agricultura, Luis Planas, y siguiendo por la del consejero y los demás altos cargos, así como la de todos los funcionarios, bien se podría calificar como de «juzgado de guardia». Pero, aquí, casi nunca pasa nada. El ciudadano, a la vez que contribuyente, en este caso los ganaderos afectados, no pueden pedir responsabilidades a nadie. En una empresa privada, si hay fallos en la gestión de alguno de los empleados, este debe rendir cuentas y puede terminar en la calle. En las Administraciones, nada de nada. No existe la responsabilidad y el sufrido ganadero se encuentra atado de pies y manos. Le han dejado solo para hacer frente a la situación. Tan solo han estado a su lado algunos pocos veterinarios. Es triste, pero así esta siendo. Y, mientras tanto, Calcetines se nos ha ido.

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