Los sintecho de Garrido, entre cartones y desalojados de la plaza de Barcelona
La plaza de Barcelona está siendo testigo de los continuos desalojos de las personas sin hogar que habitan en ella y que beben, fuman y orinan delante de los niños . Los vecinos sienten pena, pero también inseguridad ante una situación que “supera los límites”
Llega el frío y las personas sin hogar no tienen donde refugiarse. Mantas y cartones abandonados durante el día son el lecho de algunos durante la noche porque los que no tienen un hogar siempre vuelven.
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Esta situación se repite hasta la saciedad en la plaza de Barcelona donde un grupo de personas habitan en condiciones insalubres en sus soportales. Esta semana, la Policía Local procedió a desalojar a seis de ellos tras recibir un aviso. Abandonaron el lugar y los restos y enseres dejados fueron limpiados por el personal autorizado, después de un par de horas regresaron de nuevo al mismo sitio. Los vecinos, con opiniones dispares, aseguran que siempre están ahí.
“No me molesta que vivan ahí, pero esto no son condiciones para ninguna persona”, reconoció Nadia, una vecina de la zona. “¿Cómo sociedad no podemos hacer más?”, se preguntó a ella misma. También recalcó que lo que necesitan algún tipo de ayuda: “Lo que estas personas deberían tener es una reeducación, que medios y organizaciones hay”.
Dos vecinos se encuentran tomando un café. Ellos han sido testigos de los desalojos en alguna ocasión. “Es muy triste, pero estas personas tienen su modo de vida y ya no quieren otro” reconocía cabizbajo uno de ellos, haciendo alusión a las posibilidades que les han brindado varias organizaciones en alguna ocasión. Mientras tanto, el otro recalcó que habían llegado a establecerse completamente en la calle: “Una de las esquinas parecía una comuna, se habían montado un chalet, con colchonetas, mantas y maletas”.
Otra vecina, dueña de un negocio de la plaza, reconoce que los niños que juegan en el lugar tienen que presenciar situaciones inapropiadas. “Hacen pis en las esquinas y cuando hace buen tiempo la plaza está llena, para dormir suelen juntarse bastantes”. Además recalcó que beben alcohol continuamente: “Cuando vengo a abrir están desayunando cerveza, están todo el día bebiendo y fumando, no hacen otra cosa”.
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La situación genera inseguridad ciudadana. Así lo reconoció Ana, otra vecina del barrio, haciendo alusión a su condición de madre: “Tengo una hija muy joven y con esta situación, paso miedo cuando vuelve tarde a casa”. Se justificó reconociendo que lo que realmente tiene es miedo: “Tú no sabes que intenciones tienen, probablemente solo quieren dormir, pero eso no lo sabes”.
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