Ruth Martínez. L.G.

Los contagios familiares, en el testimonio de una salmantina: “¿Cómo les íbamos dejar solos en esas fechas?”

Tras pasar la Navidad juntos, la familia de Ruth dio positivo. A los pocos días, también sus suegros y su madre

Viernes, 12 de febrero 2021, 11:13

El ámbito familiar se ha consolidado en esta tercera ola como el que más contagios por COVID-19 acumula en España. De hecho, según el último informe del Instituto de Salud Carlos III, la suma de los casos vinculados a los ámbitos familiar, social y mixto (lo que la actual ministra de Sanidad, Carolina Darias, se refirió como “entorno familiar”) alcanzan a mediados del mes pasado el 79,9%, un alto porcentaje consecuencia de las reuniones navideñas. En este informe también se arroja que un elevado porcentaje de contagiados no saben dónde han contraído la enfermedad. Dos circunstancias que le han sucedido a la salmantina Ruth Martínez, quién el 14 de enero dio positivo, al igual que su hijo de 15 años y también su marido, sin saber dónde se contagiaron: “No sabemos ni cuándo, ni cómo, ni dónde”. Y a los pocos días su madre y sus suegros también eran positivos. “Te queda el miedo y la duda de haber sido tú el que se lo has pegado al resto”, nos confiesa al otro lado del teléfono.

Publicidad

Como muchas familias tanto de Salamanca como del resto de España, Ruth y su familia aprovecharon las Navidades para juntarse con los abuelos, a los que veían con asiduidad, eso sí tomando todas las precauciones necesarias. “¿Qué haces, les dejas solos en esas fechas? Te queda la duda de saber que son gente mayor y piensas que cómo les vas a dejar solos. No sabes si pueden ser sus últimas Navidades”, relata Ruth. Por eso, decidieron pasar la Nochebuena en Calvarrasa con sus padres: “Estuvimos todo el rato con la mascarilla. Ni un beso, ni un abrazo. Nada”, recuerda. Y la Nochevieja fueron a Arevalillo, una pequeña localidad de tierras abulenses para estar con sus suegros que ya tienen 87 años.

A excepción de esa licencia que se tomaron durante las celebraciones de Navidad, sobre lo que Ruth admite ahora que igual no tendrían que haberse juntado, tanto ella como su marido y su hijo cuentan que son muy escrupulosos con las medidas anti-COVID: “La mascarilla y el gel hidroalcohólico son parte de la decoración de la casa”. Por eso esta salmantina de 38 años reconoce que no tiene ni idea de dónde se lo pudieron coger. “Mi hijo lleva casi desde marzo sin salir. De casa al instituto y del instituto a casa. Además, es de los que no se quita la mascarilla”, explica. Ella no trabaja y las únicas salidas que hace son para hacer la compra y para ver a sus padres -antes del contagio-. “Es que no me cuadra. No sé dónde lo pudimos coger”.

Después de esos días de Navidad, el 14 de enero tanto su hijo como ella empezaron con síntomas. “El niño se levantó ya con malestar y no fue al colegio y yo empecé a sentirme mal a las pocas horas”. A partir de aquí, PCR positiva ambos y también su marido. En los días sucesivos el malestar se fue haciendo más intenso: “Es como si te pasara un camión por encima. Era imposible hacer la cama”. Fiebres de hasta 39ºC, diarreas, dolor de cabeza y urticaria en su caso -que todavía persisten-. “Mi hijo no tenía ni fuerzas ni para seguir las clases online”, explica Ruth, que ha estado dando muchas vueltas a la cabeza desde entonces para tratar de obtener respuestas.

Unas respuestas para si habían sido ellos los que habían contagiado a los abuelos, porque a los pocos días de dar positivo, su madre empezó con síntomas -había estado con ella apenas tres días antes- y si también habían sido ellos quiénes se lo pegaron a sus suegros. “Dieron positivo a la semana siguiente, pero la última vez que habíamos estado con ellos fue en Nochevieja, así que no me cuadra que hayamos sido nosotros”, analiza. Aunque reconoce que en el momento en el que te enteras de que ellos también están contagiados “fue horrible por el miedo a que les pase algo” y no poder ayudarles al tener que estar aislados.

Publicidad

“Hemos quedado en que no nos vamos a volver a ver hasta que no nos hayamos vacunado todos”, confiesa Ruth

Por suerte para esta familia salmantina, todos ellos han pasado la enfermedad en casa y sin mayores complicaciones. “La que peor ha estado ha sido mi madre, que hasta la tercera prueba no dio positivo. Ella no era capaz ni de sujetar una cuchara para cocinar”, comenta Ruth. Y tras este susto que les ha dado el COVID, confiesa que han hecho la promesa de que: “No nos vamos a volver a ver hasta que no nos vacunemos todos”.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad