Imagen de archivo de dos niños jugando en un parque infantil de Salamanca. ARCHIVO

La nueva ola de fracturas de muñeca, una realidad de la vuelta a la normalidad

Tras un parón drástico durante la pandemia, el Hospital vuelve a notar el incremento de caídas en parques y haciendo deporte

Lunes, 12 de julio 2021, 23:19

El equipo de Traumatología del Hospital de Salamanca está atendiendo una avalancha de niños que llegan a Urgencias con rotura de muñeca a causa de caídas y lo llamativo es que, pese a haber menos niños, cada año aumentan este tipo de accidentes.

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El jefe de Traumatología, Juan Blanco, reconoce que los especialistas no aciertan a señalar una causa exacta de esta estadística. “Lo que apreciamos es que los niños practican más deporte de exigencia, como las extraescolares o las competiciones federadas. Estas roturas no son por caídas en casa, sino jugando en los parques o haciendo deportes. Aumenta la actividad física a edad temprana en relación a programas de hábitos saludables en la infancia”. Otra teoría apunta al prisma opuesto: puede que la tecnología y el sedentarismo hagan que determinado grupo de jóvenes sean más torpes que antes.

La realidad es que durante los años 2017 y 2018 se atendieron en Salamanca 400 fracturas de muñeca confirmadas. “Así como durante la pandemia, y sobre todo durante los meses de confinamiento más estricto, las fracturas de cadera se mantuvieron entre los ancianos, las caídas de niños fueron prácticamente inexistentes. En cambio, cuando se ha vuelto a las calles han salido todas de golpe”, señala el doctor Blanco.

Los integrantes de la Unidad de Traumatología y Ortopedia Infantil —Jorge López, Javier Rábago y Juan Fernando Jiménez— han ido recopilando todos los datos de roturas de muñeca en los últimos años y llegan a la conclusión de que “se han manejado y solucionado bien en el 99% de los casos. El número de pacientes a los que ha sido necesario volver a hacerles algo es muy pequeño. Eso es porque se ha curado bien”.

El mecanismo de la lesión consiste en un caída en la que el niño se apoya sobre la palma de la mano antes de llegar al suelo. En muy pocos casos podría tener también repercusión sobre el hombro. “Esto es mucho más frecuente en ancianos porque apoyan la mano con el codo totalmente extendido y eso es grave porque se lesionan la paleta humeral”.

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Lo normal ante este tipo de fracturas es tratarlas de forma urgente y después inmovilizarlas con la clásica escayola -que es más moldeable y se ajusta a la forma del brazo- o con fibra de vidrio, que es un material mucho más ligero.

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