Un voluntario sirve la comida que se presta cada noche en el Centro de Personas Sin Hogar. ALMEIDA

El nuevo y sorprendente perfil que aumenta en las personas sin hogar en Salamanca

Cruz Roja detecta un incremento de jóvenes con consumo de drogas o ludopatías que son atendidos tras vivir en la calle | El centro supera el medio millar de indigentes atendidos

Viernes, 3 de enero 2020, 19:21

Son solo diez peldaños los que separan el frío de la calle de la acogida en el Centro de Atención para Personas sin Hogar. Las manos que pulsan el interfono para buscar ayuda cada vez son más jóvenes. No las mayoritarias, pero sí de las que más preocupan. Los trabajadores sociales de Cruz Roja encargados de las instalaciones han detectado un aumento de menores de 25 años que requieren comida caliente y una cama ante la situación de calle. “Hay casos que proceden de familias desestructuradas con problemas de consumo de sustancias y ludopatías que les han echado de casa”, explica Daniel Gordo, responsable del centro. A pesar de no ser el perfil mayoritario —el grueso principal de los usuarios son hombres con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años— sí que preocupa mucho tanto por su juventud como que hasta ahora era un perfil casi excepcional. “Se está notando cada vez más y ya pueden llegar a ser 2 de cada 10 usuarios”, incide.

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En la misma línea se expresa el coordinador provincial, Javier Vicente, que señala la “preocupación” de la institución por un aumento de personas “demasiado jóvenes”. “Estamos hablando de que llegan desde los 19 a los 22 años, algunos de ellos que en su época estaban en centros de menores sin apoyos ni red familiar con situaciones mucho más comprometidas porque la posibilidad de buscar una salida con apoyo familiar es prácticamente nula”, expresa el responsable de la entidad que asegura que “son demasiado jóvenes para estar en la calle”. Para estos perfiles, Cruz Roja trata de buscar una salida a través de los programas de drogodependencias y los cursos del Centro Joven aunque consideran que es complicado.

Durante este año, se han atendido en el centro a 504 personas sin hogar, según los cálculos provisionales de la organización antes del cierre de año, que supone un incremento de 50 atendidos más que en 2018. Las instalaciones tienen una capacidad máxima de 20 camas aunque en situaciones como olas de frío o de calor suele incrementarse con 4 más. Para el desarrollo del centro, Gordo considera “imprescindible” la labor del voluntariado con más de 40 personas al año que permiten la apertura durante más horas.

La apertura del centro por las mañanas de lunes a viernes favorece que se pueda realizar un mayor seguimiento de estas personas. El educador social, Fernando García, detalla que se han realizado muchos avances gracias al seguimiento. “En un porcentaje importante podemos trabajar la salida de la calle ayudándoles a elaborar un proyecto de vida”, detalla. Entre estas acciones se encuentra la derivación a programas propios y la gestión de los recursos de las personas sin hogar (Renta Garantizada, pensiones mínimas, etc...)

El problema de la salud mental. Uno de los problemas con los que se enfrenta el centro son las personas con graves problemas de enfermedad mental no diagnosticadas o sin una evaluación de la situación. “Nosotros tampoco estamos preparados para este tipo de situaciones porque lo que desborda es su salud mental tan deteriorada”, detalla Vicente que asegura que ante esos perfiles no pueden hacer todo lo necesario ya que en el centro hay trabajadores, educadores sociales y voluntarios pero no psiquiatras. “Es necesario que haya coordinación con los equipos de salud mental del Hospital y las instituciones porque es una situación de dificultad social para la ciudad”, detalla el responsable que apela porque se mejore la coordinación.

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