El Consistorio dejará de pagar la Tarjeta Activa al comercio

El Ayuntamiento de Salamanca ha sondeado a las asociaciones de comerciantes para que cojan el testigo en la gestión de la Tarjeta Activa, un sistema por el que se devuelve al usuario el 6% de las compras en los establecimientos adheridos, cantidad que después se puede gastar en servicios municipales y en nuevas compras. En concreto, el Consistorio ha propuesto al comercio de proximidad que asuma la aportación económica a partir del 31 de diciembre, cuando expira la segunda edición de la Tarjeta Activa, cantidades que hasta ahora ha afrontado el Consistorio.

El edil responsable del área de Promoción Económica, Comercio y Mercados, Juan José Sánchez, explica que la intención es continuar con esta iniciativa que surgió durante la pandemia para ayudar a los pequeños negocios. El Ayuntamiento está dispuesto a asumir el coste del mantenimiento, de la devolución del 6% de los gastos en servicios municipales, de la licencia, de los mensajes de móvil y de las mejoras de la aplicación, así como del marketplace con el que se va a completar.

El encuentro se ha desarrollado con las asociaciones de comercio AESCO, ASECOV y con la de comercio del casco antiguo ACCIVISA para que valoren la opción de aportar la bonificación del sistema, que ha generado desde su creación hace dos años 40 millones en compras en la ciudad, mientras que el Consistorio ha aportado 2,4 millones en gratificaciones, a los que se unen otros 1,9 en bonos. “Nuestra propuesta ha sido que ellos aporten algo, aunque sea un 1%. Ahora estamos en diálogo y estudiando posibles iniciativas”, subraya Sánchez, ya que el plan con presupuesto abierto como hasta ahora no se puede sostener sine die.

Por su parte, las agrupaciones de comercio ya han iniciado las consultas entre sus asociados y a priori el principal escollo es que ni todos los sectores aportan la misma cantidad a la tarjeta, ni todos se benefician de las compras que propicia el dinero acumulado en la tarjeta. Como ejemplo, si una empresa de muebles tiene que aportar el 6% de su venta como gratificación, el montante sería notablemente mayor que el de una tienda de complementos, con un gasto medio de 20 euros. Por otro lado, sectores como el de hogar y decoración, así como restauración y servicios técnicos, son en los que menos se canjea el saldo de la tarjeta y, por lo tanto, los menos beneficiados. AESCO ya mostró su preferencia por que el Consistorio continúe con el programa “con un presupuesto cerrado”. Según el secretario general, Antonio Flórez, “el dinero público es limitado y debería estar medido”. En su opinión, que sean los comerciantes los que tomen el testigo del proyecto “podría ser interesante”, pero no es una buena opción. “No todos los negocios acumulan y canjean por igual”. No obstante, no se cierra a esta vía: “Aún queda tiempo y se pueden aportar soluciones imaginativas”. Por otro lado, la agrupación ASECOV también sondea a sus miembros con el mismo resultado. “Hay actividades que generan mucho dinero para acumular y en las que luego no se canjea tanto el acumulado de la tarjeta. Depende del perfil del comercio”, subraya su presidenta, Soledad Gómez.

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