La Raya, en estado de alarma
El cierre de la frontera asfixia la economía porque el paso de portugueses a Fuentes de Oñoro, aún cerrado, representa la mayoría de ingresos locales
La noticia de que la frontera con Portugal permanecerá cerrada hasta el 1 de julio ha resultado devastadora para los comercios de Fuentes de Oñoro. Los empresarios insisten en que su economía depende de los portugueses al otro lado de la frontera, al igual que ellos les necesitan también.
Publicidad
La economía de La Raya, que se apoya recíprocamente en la libre circulación entre ambos países, aprieta a los vecinos de Fuentes de Oñoro, que reconocen que el impacto es fuerte. “Nosotros seguimos en estado de alarma; hasta que no abran el paso fronterizo no avanzaremos”, lamenta Javier Domínguez, propietario de una cafetería en la localidad.
En algunos casos los dueños de establecimientos, que ya se han resignado a esperar sin más, sobreviven sin la actividad económica habitual. Es el caso de Montserrat Valentín, propietaria de una tienda de alimentación en la que ahora solo despacha a vecinos del municipio. “El 75% de mis ingresos dependen del paso fronterizo”, confiesa.
María del Carmen Guerra también nota la repercusión de la prohibición del paso. Con una cafetería muy cercana a la frontera con Portugal, explica que su ritmo de trabajo ha cambiado drásticamente. “Antes a las 7:00 horas ya había movimiento de los portugueses que paraban aquí a desayunar, y ahora no hay gran cosa hasta las 9:00 horas”.
El paso de vehículos por la frontera se sigue limitando a los camiones de reparto y distintas mercancías, ya que los turismos que cruzan a diario se limitan principalmente a extranjeros que regresan a sus países de origen, generalmente nórdicos.
Publicidad
Los vecinos insisten en que ambas localidades colindantes, Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, dependen la una de la otra. “Les estamos esperando, y ellos a nosotros”, añaden los empresarios de La Raya.
Francisco Bustillo, dueño de una gasolinera en Ciudad Rodrigo y residente en Fuentes de Oñoro, es testigo de las diferencias económicas que experimentan otros propietarios de estaciones de servicio cercanas a la frontera. “No hay mucho más tránsito, deberían haber abierto mucho antes”, dice. “La cosa está muy mal”.
Publicidad
El empresario sugiere que un corredor seguro de cinco kilómetros con sentido bidireccional habría solucionado muchos de los problemas que sufren sus vecinos desde marzo. “Siempre hemos estado hermanados, pero parece que para otras cosas la respuesta no es la misma”.
Tanto españoles como portugueses siguen teniendo severas dificultades a la hora de acceder a sus puestos de trabajo, segundas residencias o fincas que deben atender en territorio extranjero.
De hecho, el oñorense cuenta que algunos de sus amigos, apicultores de profesión, tienen sus instalaciones en Portugal, y no pueden acudir a recoger la miel. “Ni siquiera saben en qué situación están sus negocios”. Los vecinos de La Raya tendrán que resistir otra semana.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión