El histórico edificio de la provincia que lucirá en otoño una nueva imagen

La histórica ermita de San Blas de La Alberca lucirá el próximo otoño su nueva imagen una vez que concluya el proyecto de rehabilitación integral impulsado por el Ayuntamiento que preside el alcalde Miguel Ángel Luengo que ha sido adjudicado por importe de 96.800 euros. Un proyecto que es posible gracias a la financiación recibida por el Consistorio albercano de los fondos estatales del denominado 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento.

En el proyecto se destaca que la ermita de San Blas, aunque actualmente en desuso, dispone de calefacción eléctrica, iluminación y tomas de corriente, en un edificio construido con muros de mampostería, con sillares y piedras de granito en los recercos de ventanas y la puerta.

Uno de los principales problemas que presenta el templo es el avanzado estado de deterioro de la cubierta y la falta de mantenimiento del entramado de madera del pórtico de entrada así como de la puerta y las ventanas, también de madera.

Por lo tanto, el objeto principal de la intervención, sin olvidar las actuaciones destinadas a la conservación de la cubierta del pórtico de entrada de la ermita y sus obras de reforma interior, las obras de mantenimiento y mejora de los recorridos existentes de pavimento de piedra y canto rodado, es sin duda, la dotación de una red de iluminación funcional que ordene y estructure todas estas intervenciones, dotando a los distintos espacios de una intensidad lumínica diferente en función del ámbito de la actuación.

Tal y como se recoge en el proyecto de intervención, redactado por el arquitecto José Antonio López, no existe “referencia exacta de la fecha de construcción” de la ermita de San Blas, de La Alberca, apareciendo en un documento firmado en 1693 por el bachiller González de Manuel relativo a la visita de San Vicente Ferrer en 1412 a la villa serrana. Poco tiempo después de esta importante visita, en 1475 tiene lugar la batalla de las Matancias donde las mujeres albercanas, arrebatan el pendón a las tropas portuguesas del Prior de Ocrato, pendón que ondea cada Lunes de Pascua en la espadaña de la ermita de San Blas. No fue hasta los años 70 cuando pasa, en estado ruinoso, a propiedad municipal.

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