El carpintero abulense Ángel María Martín López, en la construcción de una de sus armaduras.

Ángel María Martín López (restaurador de artesonados): “Hay joyas en Salamanca con 500 años que hacen su función como el primer día”

Especialista en la conservación, restauración y construcción de armaduras de madera, este abulense cree que hoy en día se valora poco el patrimonio que tenemos, que califica como “exclusivo” y de “excelente factura”

Lunes, 25 de enero 2021, 19:58

Vinculado a las artes plásticas y al diseño, hace dos décadas, a raíz de un curso de carpintería de armar en León, Ángel María Martín López queda prendado del mundo de los artesonados y desde entonces ha ejercido una intensa labor de estudio, conservación y restauración de bienes culturales. Incluso se ha atrevido con la construcción de artesonados y armaduras. Desde 2013 dirigie el Centro de Interpretación de la Carpintería Mudéjar Abulense en Narros del Castillo.

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–¿Qué es lo que le llevó a la creación de este centro?

–Primero, la posibilidad de hacerlo gracias al apoyo prestado por el pueblo de Narros del Castillo al ceder instalaciones municipales para su ubicación. Las motivaciones para su creación tuvieron que ver con el desconocimiento general, tanto de instituciones como de la población, del patrimonio carpintero medieval que existe en la península, en general,y en la comarca de la Moraña y tierra de Salamanca, en particular.

–¿Qué busca con este centro?

–La divulgación de la Carpintería de lo Blanco a través de cursos de formación y de la construcción de réplicas de los múltiples ejemplos conservados.

–Salamanca y Ávila son dos grandes ejemplos del mudéjar, especialmente de artesonados. ¿Sabría decir cuántos puede haber hoy en día en cada provincia?

–En Salamanca, según el catálogo recientemente realizado por Sergio Pérez Martín, 125. En Ávila hay más de 500 ejemplos de carpintería histórica entre alfarjes, colgadizos, naves y presbiterios.

–¿En qué estado de conservación se encuentran?

–En general, en buen estado. Pero hay ejemplos en estado muy lamentable como el de Rágama.

–¿Eso quiere decir que se han cuidado bien a lo largo de los años?

–La conservación de las cubiertas de madera está en relación directa con la conservación de la obra de fabrica del templo. Cuando ésta se ha mantenido bien, la cubierta también lo ha hecho.

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“No puedo olvidar la impresión que me causa, cuando lo visito, el alfarje del claustro alto de la Universidad y la cubierta de la iglesia de Aldeaseca”

–Cuando llega la hora de la restauración, ¿las instituciones se implican y sueltan el dinero necesario o se muestran recelosas?

–Una vez que las administraciones se implican en la restauración de la cubierta se realiza de forma seria y, en general, por profesionales capacitados. Indudablemente, la carpintería histórica española conocida como Carpintería de lo Blanco y realizada tanto por mudéjares como por cristianos es la gran olvidada de la historia del arte en España. Hay joyas arquitectónicas de madera en Salamanca y en Ávila realizadas hace 500 años que siguen haciendo su función como el primer día que se construyeron.

–¿Podemos presumir de esta piezas y decir que pueden competir con los mejores de España?

–No emplearía el término competir, pero sí diría que son tan insustituibles como cualquier artesonado o cubierta que podamos pensar. Forman parte de nuestra historia y las habilidades desplegadas por los carpinteros que trabajaron en estas tierra en el siglo XVI son tan exclusivas que sólo las encontramos aquí.

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–¿Hay alguno en Salamanca que destaque por encima del resto?

–El nivel de exigencia de los gremios de la carpintería medieval hacía que cada carpintero diera lo mejor de sí en la obra que estaba realizando, desde este punto de vista la casi totalidad de las cubiertas salmantinas son de excelente factura, pero no puedo olvidar nunca la impresión que me causa, siempre que lo visito, el alfarje del claustro alto de la Universidad. También me fascina de manera especial la cubierta del presbiterio de la iglesia de Aldeaseca de Armuña, con un desarrollo de lazo ataujerado de 10 espectacular.

–¿Son muchos los que se han perdido?

–No tengo datos para contestar a esa pregunta, pero habida cuenta del numeroso legado que nos queda y la efectividad de la técnica de la carpintería de lo Blanco, no creo que se hayan perdido muchos.

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–¿Cuánto costaría hoy en día elaborar un artesonado de estas características?

–Sin duda habría que realizar un esfuerzo económico importante; no obstante, la técnica actual permite abaratar costes y realizar cubiertas de este tipo de manera asequible.

–¿Cuál es la mejor madera para este tipo de estructuras?

–La práctica totalidad están realizadas con coníferas como el pino. De hecho, una de las teorías de por qué se llama Carpintería de lo Blanco es que este tipo de cubiertas se realizaban con maderas claras como el pino o el abeto, en contraposición con las otras maderas más oscuras como el olmo o el roble empleadas en la Carpintería de lo Prieto.

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–¿Diría que es un oficio que se ha perdido?

–Aunque no es muy conocido, es un oficio que, gracias a la interpretación del manuscrito de Diego López de Arenas (carpintero alarife de la Sevilla del siglo XVII), nos permite hoy día comprender y realizar cualquier tipo de cubierta.

“El oficio requiere virtudes como la paciencia y la capacidad de trabajo en el taller; y una visión espacial y creatividad geométrica”

–¿Qué tiene de artesano y qué tiene de artista la personas que se dedica a estas labores?

–De artesano, la habilidad adquirida en el desarrollo del oficio; y de artístico, la creatividad requerida para hacer coincidir ornamento y estructura en la misma obra.

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–¿Por qué fue una profesión tan importante entre los mudéjares y los moriscos?

–La Carpintería de lo Blanco tiene su origen en la España preislámica, y la convivencia con el mundo musulmán posibilitó la incorporación de los motivos de lacería a las estructuras tradicionales que se venían construyendo. Este desarrollo hizo que se creara en la península una carpintería única en el mundo, que se dice mudéjar, por la decoración de lacería que se vincula a muchas armaduras, pero que en modo alguno debemos relacionarla con la situación religiosa o étnica de sus constructores. De hecho, hubo muchos carpinteros cristianos que enseñaron técnicas de incorporación de la lacería apeinazada a carpinteros musulmanes.

–¿Existen hoy en día restauradores para estas piezas?

–Sí, hay ya empresas restauradoras que entre sus profesionales incorporan carpinteros con conocimientos de Carpintería de lo Blanco.

–¿Qué requiere de especial este oficio?

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–De especial, nada; pero destacaría virtudes como la paciencia y la capacidad de trabajo en el taller; y visión espacial y creatividad geométrica para su diseño.

–¿Valoramos suficiente el patrimonio que tenemos?

–El patrimonio carpintero es ahora cuando empieza a ser valorado; la Carpintería de lo Blanco está a la altura de las carpinterías históricas del mundo anglosajón o la japonesa, por poner dos ejemplos de carpinterías muy valoradas y queridas en sus respectivos países. Va siendo hora de darnos cuenta de ello. Es triste que haya patrimonio que se valore más fuera.

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–¿Sabemos venderlo bien?

–Hay carpintería que todos conocemos como la de la Alhambra de Granada o los Reales Alcazares de Sevilla que sí se vende bien, pero la inmensa mayoría de la que queda (son miles las armaduras históricas que hay en España) apenas es conocida.

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