He escrito en más de una ocasión, y las que me quedan, que lo que de verdad gusta a Pedro Sánchez es la política internacional ... y moverse por ahí fuera (ayer en Ucrania). En esta actividad se encuentra en su salsa. Y vamos a tener ocasión de comprobarlo todavía más en el próximo año y medio, salvo que ocurra un acontecimiento inesperado que lo cambie todo. Y escribo ese plazo, el de año y medio, porque es el tiempo que falta para que se celebren las próximas elecciones generales en España. O sea, en diciembre de 2023, que, por otro lado, es cuando tocan. He leído, visto y escuchado en las últimas semanas noticias y opiniones de sesudos analistas acerca de la posibilidad de que el actual inquilino de La Moncloa decida adelantar la cita con las urnas a este año 2022 o a comienzos del próximo. Creo que no va a ser así, e insisto en que aguantará hasta diciembre 2023, por una razón fundamental: España tendrá la presidencia del Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) durante el segundo semestre del año que viene y Pedro Sánchez pretende rentabilizar ese periodo todo lo que pueda. Ni más, ni menos. Otra cosa es que le salga bien y pueda llegar hasta entonces. Es lo mismo que está haciendo en estos momentos en Francia, Macron, que este domingo afronta la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que se desarrollan justamente durante el semestre en el que París ostenta la presidencia del Consejo de Ministros de la UE.
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Visto desde otro punto de vista: ¿qué más puede ser Pedro Sánchez en España? Pues solo jefe del Estado, bien bajo la forma de Rey, lo que es imposible, o de presidente de una república, algo que de momento tampoco es factible. Así que le queda continuar o repetir como presidente del Gobierno y aprovechar la coyuntura para seguir construyéndose una buena imagen internacional para aspirar en el futuro, cuando toque, a presidente de la Comisión Europea, a máximo responsable del Consejo Europeo o a secretario general de la ONU. Estas son sus aspiraciones de cara al futuro y a lograrlo están encaminadas todas sus actuaciones. Dicho de otro modo, para labrarse un buen futuro en la política internacional (repito que es su auténtica pasión) necesita colgarse todas las medallas posibles en el próximo año y medio y, especialmente, poner la guinda en el semestre de presidencia española del Consejo de Ministros de la UE. Y para eso es imprescindible que él siga siendo el jefe del Gobierno en nuestro país en el segundo semestre de 2023. De ahí que yo apueste por que no adelantará elecciones, salvo que no tenga más remedio por algún acontecimiento imprevisto de los que tanto han abundado desde principios de 2020, como la pandemia, el confinamiento y la guerra de Ucrania tras la invasión de Rusia. Vamos, que Pedro Sánchez resistirá como gato panza arriba, algo en lo que es un auténtico especialista.
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