Uno de los sectores más afectados (si no el más) por la pandemia ha sido el turismo y algunos operadores intentan rebajar la catástrofe intentando ... atraer el turismo nacional. Esto ha producido algún efecto “ideológico” que conviene comentar. Por ejemplo, el anuncio que ha lanzado la Generalidad de Cataluña al resto de los españoles para que nos animemos a viajar hacia aquellas tierras.
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“Lugares en los que empezamos una amistad de verdad”, “Bosques en los que descubrir que la felicidad está en estar unidos”, “Montañas en las que no está permitido rendirse”, “Cada paisaje es tan diferente como las personas que los visitan”, “Esos lugares os extrañan”, para concluir con el lema: “Esperando que volváis, porque Cataluña es mejor con vosotros”. Naturalmente, en las imágenes del spot no aparecen esteladas ni lazos amarillos. Tampoco pancartas exigiendo libertad ni denunciando represión. Ni insultos al Rey, ni denuncias contra el Tribunal Supremo, ni las caras de Artur Mas, Puigdemont o Junqueras. Y como lo “nacional” catalán no es tan amplio, el anuncio se emite en español.
El anuncio en cuestión, que no tendría nada de particular si no fuera porque en esa misma Generalidad lleva ocho años –ocho, día por día desde que lo empezó esa lumbrera llamada Artur Mas- proclamando su invencible deseo de separarse del resto de España, con improperios continuos de sus políticos contra el Rey, los tribunales, las leyes, la policía, la Constitución, los partidos que no les bailan el agua y los españoles en general. En la memoria de cualquier español están las descalificaciones de Torra, Puigdemont, Junqueras, Borràs, Rovira y Rufián.
El texto incluye como final un “vosotros” diferenciador que, si no es un agravio, se le parece. Ese “vosotros” -ha escrito Javier Marías- subraya que somos “otros” o “los otros”, que en modo alguno formamos parte del “nosotros”, reservado a los catalanes, o más bien sólo a los catalanes obedientes a las consignas separatistas, porque los demás catalanes, aunque son mayoría, no deben tenerse como tales porque no llevan en su sangre el gen auténticamente catalán. Un viejo racismo es lo que late en todos los nacionalismos periféricos, sea el RH de los vascos seguidores de Arzallus o de Otegi sea el de la raza de quienes han tenido la suerte de nacer sabiendo hablar la “lengua propia” de Cataluña, aunque la inmensa mayoría de los catalanes tenga como lengua materna el español.
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