El pasaje bíblico en el que Dios llama a Samuel me hace pensar en el joven Samuel, asesinado hace unos días en Galicia, concretamente en ... la preciosa ciudad de A Coruña. Una ciudad que se tiñe de sangre y se cubre de dolor desde la brutalidad de unos seres llamados humanos. Unos valientes que desde su hombría y al grito de maricón acaban de la manera más cobarde y violenta con la vida de otro ser humano.
Publicidad
No doy crédito a tamaña aberración, acto inhumano donde lo haya se mire por donde se mire. Más allá de nuestras creencias religiosas sobre lo trascendente, hoy hemos de cuestionarnos nuestras creencias humanas. Estamos llegando a un punto de no retorno, llama la atención no sólo la homofobia manifiesta por parte de muchos si no la violencia generalizada e injustificada, gratuita e incontrolada ¿Para qué y por qué tanta violencia? A lo mejor es que nuestro grado de deshumanización nos está generando una terrible incapacidad para identificar y gestionar nuestros sentimientos o viceversa. Sea como sea o fuere como fuere, algo estamos haciendo mal y alguien ha de poner cordura y, sobre todo, corazón. Ese alguien somos todos y cada uno de nosotros, porque la realidad la construimos entre todos y la suma de tu y yo da como resultado nosotros. Los tristes hechos de A Coruña nos dejan claro que el que no suma resta, el que calla otorga y el que mira para otro lado se convierte en cómplice. Ciertamente y como reza un eslogan: “Ante el odio y la violencia, no muestres indiferencia”. Quizá esa indiferencia, ese pasotismo, ese todo vale, ese me da igual, ... es lo que nos está llevando cuesta abajo y sin frenos.
Samuel, Samuel al contrario que en el pasaje bíblico aquí parece que nadie quiere escuchar y cuando escuchamos lo hacemos más bien para responder en lugar de para entender. Respondemos desde las prisas, desde la inmediatez, desde nuestras necesidades sin esforzarnos para nada en entender al otro. Quizá la respuesta y la actitud del Samuel bíblico sea hoy más necesaria que nunca: “Habla Señor que tú siervo escucha”. Necesitamos volver a la escucha y al silencio interior, hemos de buscar espacios y tiempos para el reencuentro con nosotros mismos. Quizá a muchos no les guste ver su miserable vida y huyen de sí mismos arremetiendo contra los demás. Quizá no logran aceptar y asumir su realidad y son incapaces de hacer los cambios necesarios para vivir en paz. Quizá el alcohol y las drogas no son la respuesta más adecuada si no una mala salida. Quizá, ...
Llama la atención que un senegalés, al que muchos pueden ver como un ser inferior e incluso despreciable, fue el primero en salir en defensa del indefenso Samuel. Es hora de rehumanizar el mundo o, más temprano que tarde, estaremos condenados a la extinción.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión