Penas y pecados

Sobre la base de la sharia islámica, el Sultanato de Brunei ha emprendido reformas penales que han provocado la condena de la comunidad internacional. ... Cuesta creer que hoy en día una ley amenace con lapidar al adúltero o al homosexual, con ejecutar a quien blasfeme o con amputar la mano al ladrón. Mezclar religión y Derecho no es una buena idea, y menos si se toman al pie de la letra las escrituras que el dictador de turno tome por sagradas.

Publicidad

Hubo una vez un país que castigaba con igual pena a la mujer que cometiera adulterio que a la que matara a su hijo recién nacido, en tanto fuera para ocultar su deshonra. También los hombres infieles eran castigados, pero sólo si era con lo que entonces se llamaba una “querida”, no si sólo era una canita al aire. Si el marido sorprendía a la esposa con su amante y los mataba, el asunto se resolvía con un destierro, pero si era la mujer quien cazaba a su esposo, la pena no bajaba de veinte años de cárcel, si no se castigaba con la muerte. Ese mismo país, que reprimía el aborto hasta con doce años de cárcel, reducía la pena a seis meses para la embarazada que lo hiciera para acabar con una gestación que afectara a su buen nombre. Las alternativas eran arriesgadas, pues también se establecían seis meses de cárcel para quien suministrara cualquier medio anticonceptivo.

Además, en ese país se aprobó una Ley que prohibía actos que, aun no siendo delitos, estimaba peligrosos para la sociedad. Se internaba en centros de reeducación a quienes practicaran la homosexualidad, ejercieran la prostitución o proporcionaran pornografía a otras personas. Pareciera que ese país, cuyo Estado era confesional e incluso proclamaba en sus monedas que su Jefe de Estado lo era “por la Gracia de Dios”, estaba desmesuradamente preocupado por el sexto y el noveno mandamientos. Bueno,... y por el qué dirán.

Ese país era España, y casi todas esas leyes sobrevivieron al General Franco. Algunas fueron derogadas por el vigente Código penal de 1995. Brunei se encuentra al Norte de la isla de Borneo, a más de 12.000 Km, pero para algunas cosas tal vez no estemos más que a unos cuantos años de distancia. Que ese pasado se borre definitivamente de nuestro retrovisor.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad