Mitos y realidades

Domingo, 20 de diciembre 2020, 04:00

Los medios de comunicación (y no sólo ellos) usan y abusan de las medias aritméticas para hacer comparaciones. Por ejemplo, la tasa bruta de mortalidad ... en X es mayor que la que se sufre en Y, comparación que no sirve para nada pues la estructura por edades en X puede ser muy diferente que en Y.

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Es cierto que el paro en España es muy alto; sin embargo, puede afirmarse que con la sola evolución demográfica interna (una población cada vez más envejecida) y sin inmigración el paro tendería a desaparecer. Y es que la inmigración hacia España trae consigo unos niveles de paro, en verdad, exagerados.

En concreto, entre mediados de 2015 y finales de 2019, vinieron a España 1,2 millones de extranjeros extracomunitarios (entradas menos salidas), y los niveles de desempleo en ese período de los extracomunitarios fueron, según la EPA, del 26%, una tasa desconocida en toda Europa, salvo la Grecia de los peores años de su megacrisis financiera.

Otro de los mitos es la llamada “brecha salarial” entre hombres y mujeres, que se justifica comparando el salario medio de los varones con el de las mujeres, pero es que las medias aritméticas ocultan más de lo que muestran. Las comparaciones deben hacerse ceteris paribus, es decir, todas las demás cosas iguales, y en este caso hay que comparar salarios en el mismo nivel profesional y, a este propósito, hay que saber que en España, desde hace muchos años, está prohibido pagar distinto salario para el mismo tipo de empleo en función del sexo del trabajador. El empresario que lo hiciera, además de al reproche social en los tiempos que corren y de dificultarse atraer y retener en su empresa talento del sexo peor pagado, se expondría a castigo legal por parte de las autoridades.

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Y es que las mujeres en España trabajan casi exclusivamente en el sector servicios, y en ese sector la productividad por persona es muy inferior a la de los otros tres sectores juntos (pues los servicios, en conjunto, aportan un porcentaje menor del PIB). Eso explica una parte apreciable de la diferencia agregada de ingreso medio por varón y por mujer en España. Y sin profundizar más en el asunto, cabe señalar que la brecha salarial bruta en España no es superior a la de países teóricamente modélicos en igualdad entre mujeres y hombres, como Noruega, donde fue de un 31% en 2017 según el SSB (Statistisk Sentralbyrå, el INE noruego2), por un 22% en España, según la estadística de “Mujeres y Hombres en España”, del INE.

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