Marroquinerías

Marroquinería: f. Manufactura de artículos de piel o tafilete, como carteras, petacas, maletas, etc. (RAE)

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Ceuta es una ciudad española desde 1640. Antes fue portuguesa ( ... desde 1415) y Marruecos solo existe desde 1956. Ceuta y Melilla jamás han sido colonias españolas.

La invasión juvenil que ha sufrido Ceuta en estos días ha sido preparada con engaño por el Gobierno marroquí, pero, según el conocido periodista Ricardo Lacasa, el desencadenante ha sido la acogida del líder Polisario por parte de España. “Pero es sólo el último episodio en la estrategia a largo plazo de Marruecos de utilizar la miseria que genera y la inmigración para ahogar e invadir Ceuta”, añade.

Esta dura historia con Marruecos arranca con el “error colonial” en el que se metió España, que acaba de perder su imperio (1898), muy diferente al colonialismo explotador de tipo inglés.

Aquella aventura colonial en el norte de África no le trajo a España más que males (el desastre de Annual), muertes y, como resultado, la dictadura de Primo de Rivera, tan aplaudida por la alta burguesía catalana.

En el momento del golpe militar, Miguel Primo de Rivera era capitán general de Cataluña y contó con al apoyo de todos los abuelos de Puigdemont y compañía.

Pero volvamos a los niños y jóvenes echados al agua por el Gobierno marroquí, un Gobierno que desprecia a su gente y la usa sin piedad. Pero no todo es culpa de Marruecos.

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¿A quién se le ocurre meter en España al dirigente del Frente Polisario Brahim Ghali? Este hombre llegó el 18 de abril con el nombre de Mohammed Benbatouche, identidad falsa facilitada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Fue ingresado en la UCI del hospital de Logroño para ser tratado de covid. Antes, Alemania se negó a acogerle y el Gobierno argumentó que se trataba de una acción humanitaria.

Las fuentes diplomáticas consultadas apoyan su crítica a la actual ministra en la máxima “no hagas lo que no puedas explicar”. Es decir, primero, el Gobierno debería haber buscado un tercer país alejado del conflicto para que fuera atendido; segundo y derivado de lo anterior, no hacerlo de forma oculta si consideraba imprescindible atenderle por razones humanitarias.

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Parece que el ministro Grande-Marlaska se opuso firmemente a que se trajera al dirigente del Polisario a España en previsión de las consecuencias negativas que el traslado podría tener en las relaciones con Marruecos.

Se trata, en fin, de un desastre que, como tantos, se arreglará porque -y menos mal- “estamos en Europa”.

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