Mar de fondo

Cada día se pone más de manifiesto sobre la faz de la tierra esta realidad propia de la mar. Dícese que por mar de fondo ... hemos de entender “un movimiento de las olas del mar que se propaga más allá de la zona donde se origina y ocasiona mareas altas y mar picado en zonas muy alejadas”. Real e indiscutible este fenómeno, tan real como las distintas mareas que acontecen sobre la faz de la tierra. Un terremoto devastador en Turquía y una guerra devastadora en Ucrania que generan desasosiego generalizado en todo el mundo, pero más para unos que para otros. Pero quizá el mar de fondo más generalizado es el provocado por la frivolidad de la humanidad, porque con los dramas que acontecen en el mundo ciertas situaciones parecen un tanto frívolas. Dicen los entendidos que la guerra Rusia-Ucrania tendrá su final aproximadamente dentro de un año, como si de una partida de ajedrez se tratara, no se puede ser más frívolo, o sí. No hace falta más que analizar el proceso de acogimiento y, sobre todo, de acompañamiento a las ciudadanas ucranianas y sus hijos. Siguen aquí, quieren volver y no tienen a dónde, se les mueren familiares y amigos, lloran, se angustian, ... En fin, ya llegará el momento de atenderlas, mientras tanto vamos a pelear la ley de protección animal. Recuerdo a quien corresponda que son seres humanos, con corazón y sentimientos. Que vienen de la guerra y les acompaña la guerra con el dolor y sufrimiento que conlleva. Vamos a dejar atrás este tema, ponerme tan crítico puede llevar a algunos a etiquetarme de tóxico, vamos a ser positivos y adentrarnos en temas más serios. Los últimos acontecimientos que se han puesto de manifiesto en el mundo del fútbol me resultan frívolos. Lo mires por dónde lo mires, resulta penoso a la par que bochornoso. Tres cuartos de lo mismo con la fantasmagórica ciudad de la Paz que no se sabe si es aborto, parto prematuro o será necesaria, a riesgo de muertes políticas repentinas, una buena cesárea. Para remate, la oportunidad perdida de la empresa de investigación farmacéutica Krasko Research que el doctor Mariano Barbacid pretendía implantar en Salamanca. Quizá un tanto iluso para quienes consideran que abundan los cobardes y los envidiosos en esta ciudad, o quizá un hombre de fe para quienes creemos en las personas y confiamos que es posible crear y emprender proyectos innovadores y enriquecedores para una ciudad y una provincia que, como la mayoría de Castilla, agoniza. Qué pena que el señor árbitro, ahora mundialmente conocido, Enriquez Negreira no sea más solidario y comparta los beneficios recibidos por sus servicios al Barcelona, o los jeques super inversores de la ciudad fantasma, Barbacid lo tendría resuelto. En fin, cada día tengo más claro que la ambición, la avaricia y la codicia generan mucho mar de fondo. Lo triste y lamentable es que no hay ningún tipo de reparo, da igual mercadear con tierras que con personas, el problema no es el interés, es el capital. Intus Nero, foris Cato.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad