Machihembrar

Sábado, 7 de septiembre 2019, 05:00

Como en casi todo hemos pasado del machismo ciertamente bochornoso al feminismo mas radical —le llaman feminazismo—, que produce monstruos. Ejemplo, esas dos granjeras de ... gallinas privadas de gallos, para que no las “violen”. Se han hecho virales, aunque históricamente no se conocen rechazos, ni verbales ni menos escritos, a las frecuentes cópulas en los corrales. Aunque se afirmaba “tienes más mierda que el palo de un gallinero”. Una acusación rancia, tan infundada como la violación, decía “eres más p... que las gallinas”. La desmesura ha dado origen en las redes a respuestas divertidas, un gallinero repleto “¡queremos que nos violen!”, “queremos f... con los gallos”; la foto de un pollo asado (no tan bien cómo lo hacen mis amigos del ‘Marsella’), con un pie que dice “éste ya no viola más”; y otras de advertencia de presuntas violaciones, como el conocido pincho del pepinillo penetrando en la aceituna; o el tornillo violando “sin piedad” a la madera, y “además de manera retorcida”, “¡no a los tornillos!”. Ahora que empieza la Feria, la taurina y la de ganado, en que se alardea de sementales, imagínense lo que dirán los veganos del “cachondeo” en la dehesa, y los toros selectos diciendo esta quiero, esta no quiero, para verter su semilla en la natura y transformar su calidad en arrobas o bravura.

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Existe el verbo machihembrar, aunque la Academia lo refiere a la carpintería, el ensamblaje de piezas de madera, pero que en mi pueblo se aplica a todo cuerpo que penetra en otro, o se acopla (que algo tendrá que ver con copular), como el enhiesto enchufe en la pasiva base. Por Bogajo, Cabrillas, y otros muchos lugares —yo lo he oído—, dicen acistrar, ajustar con exactitud una cosa con otra, de donde resulta evidente que el tamaño importa.

Chateando con amigos de estas majaderías, me mandan la página de un diario no salmantino, con el siguiente titular: “Un hombre muere al ser investido por una vaca”. ¿Sería en venganza por un intento de animalismo? ¡Quiá! He contestado sí, el hombre se moriría, pero coño, siendo doctor honoris causa. Sin embargo ha sucedido en Lliria, donde no hay Universidad, aunque seguramente la tendrá solicitada al presidente de la Generalidad Valenciana, para perseguir mejor el castellano, que lo hace con cierta saña, incluso superando a los catalanes. La enbestida, que me envía otra amiga periodista, es una muestra más de la degradación del castellano, al que entre todos maltratamos, aunque sea la lengua oficial —femenino—, como los malos maridos, de palabra y obra, nunca mejor dicho.

Por cierto, que la Fundación del Toro de Lidia ha preparado un estudio no para cambiar envestida por embestida, sino para que reflexionen los señores académicos sobre las astas y los cuernos. En los partes médicos de los festejos se dice “herido por asta de toro”, aunque luego no se diga “astada”, sino cornada, entre otras cosas porque la cornamenta de los toros no es solo hueso, como en los cérvidos, sino de queratina... No insisto por qué una vez se me ocurrió corregir a un conocido que decía siempre “las astas del ventilador” y a poco me sacude.

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Algunos profesionales sin libro de estilo colaboran también al maltrato a la lengua. Yo carezco de autoridad para hacerlo, pero han sido criticados históricamente. Todos recordamos los formidables, hirientes y académicos, “dardos” de Lázaro Carreter, que le cortaba un traje al que metía la pata al micrófono o en el papel. Don Fernando tuvo un antecesor en el librito “Limpia y fija” (1922) de Mariano de Cavia, académico, que como crítico de toros firmaba “Sobaquillo”. Pero tuvo la humildad suficiente para mandarle a Clarín un libro en que recopilaba sus crónicas, con la siguiente dedicatoria : “Mi querido Clarín, “De pitón a pitón”/tiene faltas sin fin./Si lo leyera usted/y lo encontrara mal/hágame la merced/de enviarlo al corral”. Bueno, pues Cavia tuvo otro antecesor, Francisco J. Orellana, que en 1891 publicó un delicioso librito que me regaló el amigo Mariano Arenillas, “Cizaña del lenguaje”, sobre disparates, corruptelas, extranjerismos... Si aquellos vivieran, el Brexit en puntas, clamarían porque si los ingleses se marchan de la Unión Europea, se lleven al menos los anglicismos que han ido asaltando y colonizan nuestra lengua (hoy la viñeta del españolísimo ABC, lo que nos faltaba, tiene la leyenda ¡en inglés!). Pero si Cavia fue humilde, con mayor razón yo no me atrevo a criticar a los demás. Hago caso del “advierte que es desati-/siendo de vidrio el teja-/tomar piedras en la ma-/para tirar al veci-”. Que si analizara mis columnas un gramático, algunas las echaría al corral.

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