Los enemigos de la Constitución el 23 de febrero

Domingo, 28 de febrero 2021, 04:00

Durante la conmemoración de aquel 23 de febrero de 1981 los representantes del ultranacionalismo hicieron una declaración conjunta verdaderamente delirante. Leyéndola se llega a la ... conclusión de que ellos encuentran en la efeméride sólo motivos de crítica. Así, por ejemplo, escriben que tras el 23-F “se reforzaron y blindaron los pilares y valores del régimen establecido”, y ello permitió “salvar el régimen del 78 hasta nuestros días”.

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Para ellos, la victoria constitucional no fue una buena noticia. Lo que todos los demócratas recordamos con alegría produce en ellos una decepción. El texto que leyeron por turnos expresa la idea de que contra Milans y Armada les hubiera ido mejor.

Mas, la verdad es que el fracaso del golpe resultó muy saludable para la Democracia española. En efecto, a los españoles se les quitaron las dudas sobre el valor de la libertad. Se apreció más la labor del Parlamento y el Rey adquirió una gran legitimidad. Se aceleró la reforma del Ejército con la entrada en la OTAN y se nos abrieron las puertas de Europa.

Es en esa gente en la cual se apoya Pedro Sánchez: unos buscan abolir la Constitución y otros aspiran a hacer volar el Estado. Dicho de otra forma, por un lado están los que quieren un régimen distinto para España, y por otro, los que no quieren que España siga existiendo.

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Como ha señalado Ignacio Varela , “podría decirse que la vocación del socio podemita es políticamente destituyente, mientras la de los socios secesionistas es nacionalmente disolvente”. Por eso el libelo de los separatistas no habla de cambiar la monarquía parlamentaria por una república plebiscitaria sino de “la construcción de repúblicas libres, independientes, soberanas y justas”.

Para Varela “la gran culpa histórica de Pedro Sánchez es transformar El PSOE, que fue uno de los pilares del sistema en su principal falla tectónica en el momento más peligroso, cuando el Estado y la Constitución sufren el mayor asalto desde 1981”.

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Pero la inmensa mayoría de los españoles cree tanto en la existencia de España como en la vigencia de la Constitución. No solo por un instinto a favor de la convivencia, sino también por la supervivencia del sistema. Y porque esta fórmula es superior para hacer frente con eficacia -siempre en el marco de la Unión Europea- al triple desafío actual: el de la pandemia, la destrucción del tejido económico y social y la modernización del aparato productivo.

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