Voy a escribir de algo obvio. El precio de los alimentos sigue de actualidad. Han subido mucho y, en líneas generales, esta tendencia se va ... a mantener a corto y medio plazo. ¿Por qué? Por dos razones fundamentales: por la reducción de la oferta y porque producirlos cuesta bastante más.
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De lo segundo no cabe la menor duda, ya que se han incrementado de forma importante los costes como los fertilizantes, el gasóleo y el resto de energía, las semillas o los piensos. De lo primero, la bajada de la oferta, hay que recordar lo obvio: por muchos adelantos tecnológicos que se hayan registrado, la abundancia de las cosechas sigue dependiendo en buena parte de la climatología y esta puede llegar a ser muy esquiva. Un ejemplo claro es lo que sucede en esta campaña con la producción de aceite de oliva, que va a caer a la mitad en relación a la anterior; con estos datos en la mano la lógica dice que deben aumentar los precios, como está sucediendo. Y esta situación no cambia de un día para otro y habrá que esperar al año que viene. Otros ejemplos, en este caso de la ganadería: se han sacrificado muchas vacas de leche por el incremento de los costes de producción y porque los precios, si los animales se destinaban a carne eran buenos; la consecuencia es que se han reducido las entregas de leche a industrias y la oferta, con la consiguiente subida de precios. También hay escasez de vacuno de carne y las cotizaciones están por las nubes. Un tercer ejemplo: los huevos están en niveles históricos, porque la oferta es escasa debido al cierre de granjas y a que se han sacrificado muchas gallinas porque se han multiplicado los focos de gripe aviar en toda la UE. Es verdad que, si la situación cambiase, el censo de gallinas ponedoras podría recuperarse con cierta rapidez; sin embargo, la cabaña de vacuno, tanto de carne como de leche, tardaría bastante más. Podría seguir poniendo ejemplos de productos de la cesta de la compra que se van a mantener con precios elevados a corto y medio plazo, pero creo que con los anteriores ya es más que suficiente. Y esto es lo menos malo de lo que nos podría suceder, porque sería mucho más grave que nos quedásemos sin abastecimiento. Y vuelvo a lo obvio: damos por hecho que no nos faltarán alimentos porque estamos acostumbrados a ir al súper y que haya de todo, aunque sea caro. Sin embargo, el suministro de alimentos no está garantizado por mucho que creamos lo contrario y, como la democracia, hay que cuidarlo y ganárselo cada día. Dada la situación, el Gobierno ha manifestado su preocupación y ha filtrado que prepara un plan para hacer frente a la subida del coste de los alimentos. Miedo me da que Sánchez, Calviño, Díaz, Garzón y Planas se pongan a esta tarea. Toda situación mala es susceptible de empeorar.
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