Quiero recordar que en el boxeo saber estar en la media distancia se consideraba positivo, pero es un leve recuerdo de cuando veía con mi ... padre los combates de los míticos Pepe Durán o Pedro Carrasco. Haciendo un paralelismo, es posible que esa Media Distancia con que Renfe nos maltrata, por más servicio que nos haga, que nos hace, sea reflejo de nuestro modo de vida.
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Hace días hice referencia en estas páginas a un evento grande e internacional celebrado en la ciudad. Con posterioridad, he acudido a otros organizados por el IME, la Cámara de Comercio o la Asociación de Jóvenes Empresarios, que cumplían los parámetros de organización y los objetivos mínimos previstos.
Cosa distinta son aquellos que llevan aparejada la imagen de esta ciudad que, cuando la conocí, precisamente invitado por Renfe al primer viaje de la flamante línea Media Distancia Madrid-Salamanca, me dio por decir que si fuera una ciudad norteamericana sería una suerte de Disney World. Para ser importante en este mundo capitalista, competitivo y globalizado, no vale con tener historia, monumentos, gastronomía y entorno únicos. Eso que nos está dando de comer hace décadas. Tampoco sirve con quejarse y culpar al empedrado, que tenemos y mucho. Ni siquiera a los gobiernos centrales, que unos más que otros, han pasado de aportar lo básico al crecimiento de Salamanca y provincia. Para ser visible, hay que hacerse grande, y los eventos son una fórmula para conseguirlo. Tenemos una campaña hotelera de dos por uno impulsada desde turismo del ayuntamiento. En realidad, una acción promocional. Los eventos son joyas que atraen mucho público y que permiten que esas acciones sirvan de refuerzo, y viceversa.
Sé de lo que hablo. Aprendido a fuerza de equivocarme, como creo que la mayoría en el sector. Por eso respeto, y mucho, a los valientes que organizan cualquier tipo de evento, porque sé de las dificultades, de la falta de apoyo, de la falta de cultura en cuanto al patrocinio y de la poca importancia que mucha gente les da, viendo en ellos, casi exclusivamente, una molestia. Un evento que se califica de exitoso no puede llevarse a un espacio donde cabe diez veces el aforo que se pretende tener. No puede presentarse ante los medios en un ambiente antañón y en un espacio y formato inadecuados. No puede venderse en Twitter como un éxito, para justificar un apoyo institucional, sacando una foto que no hace sino reforzar la idea de que ha acudido poca gente.
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Cada evento que se haga en Salamanca tiene que entenderse como una oportunidad de crecimiento y, por lo tanto, como algo grande, importante, relevante, fundamental y que genere un resultado medible, realmente potente y que dimensione la imagen de la ciudad. Y la Plaza Mayor ha de ser referente nacional e internacional. Y el que no lo vea así, que deje paso al siguiente.
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