Hombres, mujeres, datos

Los asesinatos que ellas llaman de género o machistas, pero –qué casualidad- siempre se olvidan de datos como que, por ejemplo, en el periodo 2010-2012 el 43% de esos asesinatos fueron cometidos por extranjeros (la población extranjera no llegaba al 12%). Y de todos los asesinatos entre parejas, el 7% los cometieron mujeres. También se ocultan los datos a nivel internacional. Pues bien, en España hay 6 muertes de ese tipo por millón de habitantes, frente a 13 en Francia o 14 en Finlandia. Y no hablemos de los 190 de México o los 300 de Brasil.

En España mueren al año unos 10.000 hombres por casusas externas (homicidios, suicidios o accidentes) por unas 6.000 mujeres. Entre el 90 y el 95% de los que fallecen en accidente laboral son hombres. Además, los hombres se suicidan el triple que las mujeres y éstas viven 5 años más que los varones, por eso el 60% del consumo farmacéutico lo realizan mujeres.

En cuanto a la brecha económica entre varones y mujeres, conviene saber que en Noruega, país modélico en igualdad entre sexos, las brechas salariales son prácticamente iguales que las españolas. Una de las mayores asimetrías entre sexos es el ranking mundial de ajedrez, pues la campeona mundial femenina ocupa el puesto 85 en la clasificación mundial global de ajedrez, encabezada por un noruego.

No está nada claro que la brecha salarial se produzca por discriminación sino más bien por el sector en el que trabajan (el 60% en hostelería son mujeres y en ocupaciones elementales son el 58%). Hay 47 mujeres por cada hombre entre los empleados domésticos.

También la formación influye en esa brecha: en el curso 2019-2020 había 2,5 varones por cada mujer matriculados en ingenierías. Sin embargo, en Humanidades el 61% eran mujeres y en Salud y Servicios Sociales eran el 72%.

Menos horas de trabajo remunerado, tendencia a empleos más inseguros, oficios con menor cualificación (con excepción de algunos como los del área de la medicina, hoy día tampoco bien pagados), trabajos menos “duros/peligrosos”, efecto de los años sin trabajar por maternidad... En resumen, no parece que exista evidencia de discriminación laboral, sino que esa diferencia se explica en gran parte por las diferentes vocaciones universitarias, la maternidad, las horas trabajadas y otras diferencias culturales.