Hoy echo las patas por alto, que coño, antes de que el vicepresidente del Gobierno pase por LA GACETA y ordene “¡Exprópiese!”. Y me cisco ... en Pablo Iglesias, porque hace bastante, cuando no soñaba siquiera que un traidor como Sánchez lo metiera en un gobierno, dijo que “el periodismo es un arma que vale para disparar. Punto. Ya está.” (aunque no era original, lo había dicho antes el revolucionario italiano Luca Casarini); el mismo Iglesias, que tiempo atrás había echado sobre los escaños socialistas cadáveres en cal viva; el profesorcillo que, según Sánchez, de entrar en el gobierno, provocaría insomnio a los españoles; el que antes de mandar aseguraba que “hay quien tiene cañones, quien tiene misiles y quien tiene presentadores de televisión”; quien vendería a su madre por una televisión. Por eso, cuando hoy me he puesto a escribir, recordando las amenazas de esta prenda, de amordazar los medios de información privados, sus intimidaciones a la libertad de expresión, y consciente de que él ya tiene en su mano muchos presentadores de televisión, y demasiados periodistas apesebrados, me he dicho: “Alberto, dispara”. El pistolero más rápido de este lado del Misisipi, ya habría desenfundado su revólver.
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Iglesias, ¡bellaco! Sánchez, ¡gilipollas!, que te están comiendo la merienda y te van a cagar en el morral. Vaya par de compadres. ¿Ellos, precisamente ellos dos, emprendiendo una campaña contra presuntos bulos, noticias falsas...? Pero si soportamos cada día y varias veces durante la jornada, las trolas, imposturas, falsedades del gobierno, sobre el tema más grave desde la guerra incivil. ¿Pero quien se cree que solamente ha habido los muertos por corona virus que el Gobierno cuenta de un modo, las Comunidades de otro, y usted y yo de un tercero, intuitivo, de piensa mal y te quedarás corto? Se nos venden patrañas oficiales al por mayor y al menudeo. ¿Hay alguien en una región ignota de España, que se trague que se han efectuado casi un millón de test para detectar contagios? Soportamos desde hace más de un mes embustes del Gobierno, sus ministros y asesores.
Con frecuencia me pregunto si esta pareja de astutos y granujas - Sánchez e Iglesias -, y el sutil, venenoso asesor, Iván Redondo, creerán que somos bobos. Para justificar el bozal que intentan ponernos, han hecho una encuesta con el CIS – usando a Tezanos, que mi director llama agudamente “mago del humor” -, formulando una “pregunta” ¿Una pregunta? Como no puedo mejorar su opinión, repito la de quien sabe un rato de lengua y de sintaxis, Alex Grijelmo, en un medio tan gubernamental como El País: “Pregunta manipuladora y mal redactada”. Y claro, los encuestados han picado como tencas, y han proporcionado a la pareja de villanos una coartada para las fechorías que preparan contra la libertad de expresión. Como será que incluso el progre Risto Mejide, ha tenido que decir en su programa de la 4, “Todo es mentira”, que les metía un dedo en el ojo – “algunos dirán que ya era hora”, ha reconocido -, porque la información sobre muertos es sesgada y engañosa. Átate los machos, Risto, que van a por ti.
Una muestra de su estrategia de ocultar el duelo: los símbolos, el haber ordenado a toda su tropa que ni corbata negra, ni crespones, ni banderas a media asta...y enseñar mucho balcón festivo, mucho ancianito recuperado y pocos féretros. Y va la alcaldesa de Béjar, primera de una lista que nadie quería encabezar barruntando derrota, y que, gracias a una extraña coalición, en su vida se ha visto en otra - de reponer gasas a dirigir la histórica villa -, y se resiste tercamente a bajar la enseña, porque no se interprete como “gesto de rendición... de desánimo”, tiecojó. Bueno, pues este mediodía me ha avergonzado la ministra portavoz, que, con su habitual desparpajo y caradura, ha contestado a un periodista que “el mejor tributo” a los fallecidos no son los crespones o corbatas negras, sino el trabajo del gobierno y el de todos contra el virus. Efectivamente nos toman por idiotas.
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El descaro de los socios del Gobierno es colosal. Sánchez ofreciendo a Casado “unidad y lealtad”, y a renglón seguido su venenosa portavoz Lastra, calificando el discurso de la oposición de “vómito”. Iglesias, en la misma sesión, emplazando al “regreso a la Constitución y al patriotismo” (¡), conceptos que él no ha digerido aún, para acto seguido organizar una cacerolada contra el jefe del Estado. Ambos están contestando a la vieja cuestión de Jefferson, sobre si sería mejor un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno. El presidente norteamericano dijo que elegiría esto último. Sánchez e Iglesias, sin duda, Gobierno sin periódicos.
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