Entiendo yo que una mala tarde la tiene hasta el mejor torero. Una palabra desafortunada, un mal momento, un comentario fuera de lugar o una ... mala columna de opinión nos puede brotar cuando menos lo pensamos. Quiero pensar y pienso que así le aconteció a mi paisano el señor Nuñez Feijóo cuando queriendo poner énfasis en un tema tan sangrante y doloroso como es el mundo de las adicciones se pasó de frenada diciendo que un enfermo de cocaína “no se puede curar”.
Publicidad
Quiero creer y creo que nada más lejos de sus intenciones proclamar un mensaje tan negativo y catastrofista. Tengo yo una larga lista con nombres y apellidos de personas, seres humanos maravillosos, cargados de sentimientos, de ilusiones y esperanzas que han sido capaces de dejar atrás el mundo de las adicciones, la cocaína incluida.
Han cambiado radicalmente de estilo de vida y han sido capaces de formar una familia, de consolidar un puesto de trabajo, de recuperar lo perdido y de caminar de nuevo de otra manera, sintiéndose queridos y queriendo a los demás.
Además señor Feijóo, le diré que muchos de ellos lo han hecho sin grandes gastos. Les bastó con la ayuda solidaria de muchas personas que sí creemos en la rehabilitación y que, además, confiamos en que las personas pueden cambiar y mejorar en la vida.
Publicidad
Les bastó con que sus familias y seres queridos confiaran en ellos y les bastó con confiar en sí mismos. Seguro que usted también lo cree, pero por querer darle peso y fuerza a las consecuencias del mundo de las adicciones no fue consciente del alcance de sus palabras.
Usted como yo, gallegos hasta las trancas, sabemos lo que es la retranca gallega y quizá sus palabras tienen mucha retranca, como las mías a veces, pero hemos de ser conscientes de los cargos, las responsabilidades y lo que para muchas personas pueden significar mensajes como el que usted sin querer ha podido dar.
Publicidad
De ser cierto lo que usted afirma, ¡viva la madre superiora! cerremos todos los centros de tratamiento y espacios para la rehabilitación de personas con problemas de adicciones, sean del tipo que sean, y que Dios reparta suerte. Yo desde luego después de más de veinticinco años viendo salir a personas del mundo de las adicciones y viendo morir a muchos. Después de tanto tiempo conviviendo con el dolor de tantas familias especialmente de las madres, algunas de ellas perdieron las pestañas y hasta las cejas de tanto llorar. Después de todo esto, incluyendo la muerte de algún familiar por un ajuste de cuentas, no puedo estar de acuerdo con sus palabras. Del mundo de las adicciones se sale. Cuesta, es duro y todo lo que usted quiera, pero se sale, y usted como yo, lo sabemos.
Me alegro mucho de su desliz, a lo mejor también nuestros gobernantes y los políticos en general ponen de nuevo el problema de las adicciones en el lugar que le corresponde. Empiezan a ser conscientes del alcance real que tiene este problema en nuestra sociedad y optimizan los recursos para mejorar las vidas de tantas personas que esperan una nueva oportunidad.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión