Esta oferta es una ruina

Jueves, 20 de abril 2023, 05:00

Los miles de salmantinos que están a la espera de una buena oportunidad para comprar una vivienda seguirán haciendo números a la espera de algún ... chollo, porque la ‘oferta estrella’ de Pedro Sánchez, con esas 50.000 viviendas del Banco Malo, ha resultado ser más mala que el banco y más falsa que la promesa del presidente de no pactar con los comunistas de Podemos.

Publicidad

En Salamanca, tal y como revelaba ayer este periódico, entre los 353 pisos propiedad de la Sareb solo hay ruinas y destrozos. Es casi todo basura lo que posee en esta provincia la sociedad creada en 2012 por Mariano Rajoy para albergar los activos podridos de las cajas de ahorros y que arroja pérdidas de 35.000 millones de euros, aunque se nos dijo que no nos iba a costar nada a los españoles. Menuda broma: casi mil euros por barba no está costando la maldita Sareb.

Los pocos inmuebles y terrenos de valor que poseían las cajas quebradas se vendieron incluso antes de pasar al Banco Malo y el remanente actual está conformado por casas sin acabar y pisos vandalizados u okupados, mientras que las únicas viviendas habitables están situadas en entornos muy conflictivos, donde nadie quiere ir a vivir sin escolta. De hecho, los precios de estos activos en la capital y varios pueblos de la provincia son irrisorios, y aun así no hay quien los compre.

Esta situación, repetida a lo largo del territorio nacional, la conoce perfectamente el Ejecutivo sanchista, pero al ilustre pasajero del Falcon no le importa en absoluto añadir una mentira más a su larga lista de trolas. A estas alturas de mandato y ante la proximidad de unas elecciones donde se juega el ‘monclovato’, el presidente ni siquiera se esfuerza en adornar sus falsas promesas con un mínimo atisbo de credibilidad. Ni siquiera le importa que sus planes sean arruinados por la cruda realidad al día siguiente de ser anunciados a bombo y platillo.

Publicidad

A la vista de que ‘en horas veinticuatro’ las 50.000 viviendas sociales se han quedado en humo, Sánchez ha improvisado otro anuncio rimbombante, engordando la apuesta con 43.000 pisos para alquiler barato que serán construidas con dinero público, vaya usted a saber cuándo ni por quién, pero que servirán de banderín de enganche para los medios afines y de engañabobos para quien le compre la mercancía.

Alberto Núñez Feijóo, que demasiado a menudo cae en las trampas propagandísticas de la Factoría Moncloa, ha anunciado por su parte una ayuda de mil euros para los jóvenes que pasen de vivir con sus padres a alquilar o comprar un piso. Tampoco es una solución a un problema que va mucho más allá de las subvenciones puntuales y que pasa por una verdadera política de vivienda, que facilite la construcción por parte de la iniciativa privada, aunque sea complementada con la promoción pública allí donde las constructoras no lleguen.

Publicidad

Junto a esa política de vivienda, el futuro Gobierno, que esperemos no vuelva a estar al mando de Sánchez, debería proteger del infierno a todos los propietarios que ahora se ven sometidos al caos y la inseguridad en edificios donde una o varias viviendas pertenecen a la Sareb y están abandonadas, y a todos aquellos ‘okupados’ que sufren el largo proceso judicial que es necesario emprender en España para recuperar sus inmuebles.

Pero eso es pedir peras al olmo en tiempos electorales como los que vivimos, cuando los grandes partidos se empeñan en pelear por ver quién es capaz de ofrecer más ventajas a los colectivos de votantes. Muchas promesas, muchas subvenciones, pero los pisos asequibles, no los veremos en muchos años.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad