Escandalillos y escandalazos

Jueves, 30 de marzo 2023, 05:00

Acabaron las reuniones de la comisión de investigación del Peace City World y tanta alharaca ha terminado como el parto de los montes: mucho ruido ... y al final sale un ratoncito. Suele ocurrir con todas las comisiones de investigación, aunque en este caso la falta de “chicha” ha sido demasiado evidente. El asunto se resolvió con el despido del asesor y el cese del concejal de Turismo, de una manera demasiado precipitada y poco motivada en el caso del edil, y ahora lo que quedan son los rescoldos de un congreso que trajo a Salamanca a cuatrocientos inversores y representantes de empresas que se gastaron cientos de miles de euros en la economía local.

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Había tan poca chicha que el PSOE ha tenido que agarrarse a argumentos tan pobres como que si los servicios de catering eran demasiado caros o que en el coste del evento habría que incluir el uso del Palacio de Congresos, para llegar a los setenta mil euros de gasto en lugar de los cuarenta mil que calcula el equipo de Gobierno municipal. Del fraude, la estafa o el engaño no han aparecido pistas ni rastros. Queda el daño para la imagen de Salamanca y ahí la crítica es lícita, porque hubo medios (casi todos muy afines al sanchismo) que se cebaron con esta capital a cuenta de los jeques. Pero el asunto no da más de sí.

No da para pedir más dimisiones, como le gustaría a los socialistas José Luis Mateos o María Sánchez, que se han quejado del cierre “precipitado” de la comisión, aunque prolongar las reuniones hubiera sido una pérdida de tiempo. Eso sí, al PSOE le hubiera venido muy bien estirar el chicle hasta las elecciones del 28 de mayo, con el único objetivo de mantener la sombra de la sospecha.

Esa misma dilación le hubiera convenido a la oposición en el caso de las cuotas de las primarias del PP en que se eligió a Alfonso Fernández Mañueco candidato a la Junta, pero los socialistas han tenido la mala suerte de que la sentencia se conoció el pasado viernes, y el montaje de la corrupción se les ha venido abajo con estrépito. No hay nada ilegal en que unos militantes le paguen las cuotas a otros, aunque no sea lo más fino éticamente hablando.

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Al PSOE de Salamanca el chicle, de tanto estirarlo, de tanto hacer pompas de presunta corrupción, les ha estallado en la cara y ahora no tienen más remedio que mirar para otro lado, hacia las deficiencias en la sanidad de la provincia, como hizo ayer Fernando Rubio en la Diputación. Ahí sí hay materia, no de escándalo, pero sí de servicios muy mejorables en los pueblos.

Estos escandalillos de andar por casa a los que se aferra el PSOE ante la cercanía de las elecciones municipales no tienen parangón con los escandalazos que el mismo PSOE calla allí donde manda. Se ve que algunos tienen la piel muy fina para unos asuntos y una coraza de rinoceronte para otros. Hay que tener el rostro de cemento para pedir dimisiones por el pago legal de cuotas de afiliados y callar cuando Marlaska es corregido por el Supremo por haber destituido a un coronel de la Guardia Civil que no se avino a incumplir la ley, como el ministro le exigía. Y hay que ser muy sectario para montar un escándalo a cuenta del precio de los cafés y los pinchos del congreso Peace City World y mirar para otro lado cuando la directora de la Benemérita (ya ex) y su marido (este sigue siéndolo) se forran a cuenta de los ERE (el mayor caso de corrupción de toda Europa).

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Y no se puede criticar que el Ayuntamiento traiga jeques a Salamanca, vayan a invertir o no, cuando el Gobierno de la nación nos trae mediante indultos y cambios legales a los golpistas fugados tras el 1-O, que no vienen a invertir sino a seguir llevándoselo crudo.

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