Me veo obligado a salir en defensa de Pedro Sánchez por las críticas, a todas luces injustas, que ha cosechado en las últimas horas.
Publicidad
El ... motivo de esas diatribas ha sido un detalle nimio: el retraso que protagonizó al llegar a los actos conmemorativos de la Fiesta Nacional el pasado miércoles, que provocó que el rey y la reina tuviesen que esperar.
Vamos a ver: ¿acaso los autores de esas críticas no han llegado tarde en su vida a una cita?
Seguro que sí; por lo tanto, no veo yo que esté justificado el alboroto que se ha montado por unos minutillos de retraso.
Además, hay otro argumento de peso para justificar la actitud del actual inquilino de la Moncloa: siempre que coincide con el jefe del Estado en un acto, el que espera es Sánchez; para una vez que sucede al revés, creo yo que tampoco pasa nada.
Publicidad
Argumentan los críticos a “Petrus” que el protocolo es claro al respecto. Pero yo digo que el protocolo también está para saltárselo. ¿O no?
Además, Sánchez ha justificado su “retrasillo” diciendo que él hizo lo que le dijeron desde su equipo de protocolo y salió cuando sus colaboradores se lo indicaron.
Me parece un argumento claro y rotundo, que debería servir para poner fin a la polémica.
No obstante, hay algunos, y no señalo a nadie en concreto, que ya están sembrando la sospecha a los cuatro vientos, diciendo que previamente Pedro Sánchez había dado instrucciones a su equipo de protocolo, para que no avisasen de la presencia del rey hasta que el jefe del Estado hubiese llegado y su coche parado.
Publicidad
¡Hace falta tener inquina al jefe del Gobierno para pensar que es capaz de diseñar y poner en marcha semejante operación!
La verdad es que yo no veo a la factoría monclovita pariendo semejante actuación.
Ya digo, son ganas de enredar por enredar.
En estos días he escuchado también otra crítica, totalmente injusta e infundada, contra Pedro Sánchez: primero, comienzan diciendo que es un chulo y nada más alejado de la realidad porque figura entre las personas más cercanas y empáticas que conozco; a continuación, sembrada ya la duda, agregan que “Petrus” lo que desea es sustituir a Felipe VI como jefe del Estado, proclamando la República y convirtiéndose él en presidente de la misma. La verdad es que esa crítica-acusación me causa risa.
Publicidad
Pero, ¿cómo puede haber alguien que piense que Pedro Sánchez quiere ser jefe del Estado en forma de presidente de la República y someterse a elecciones cada cuatro años, con la posibilidad de no salir elegido? No, no, y tres veces no.
Lo que de verdad pretende nuestro amado líder es ser jefe del Estado, pero en una monarquía, o sea rey, que ese es un título vitalicio y, además, hereditario.
Conseguido este paso, lo siguiente sería proclamarse emperador. En esa operación sí que veo a “Petrus Imperator I” Sánchez. Lo demás son minucias.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión