Día primero de junio, la festividad del Corpus en puertas y los campos espigando, pero la pandemia aun no permite celebrar. Por estas fechas en ... mejores años, La Fuente de San Esteban ya tenía a punto las talanqueras, los altares y la mecha de los cohetes. Por estas fechas en mejores años, las peñas planchaban los pañuelos y los periódicos anunciaban del pueblo en fiesta su pregón y su programa. ¡Ay, por estas fechas en mejores años... nadie podíamos pensar que estuviéramos jugándonos el pellejo por tener que optar por este o aquel otro puyazo de vacunación!
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Ya lo he dicho en otras ocasiones: la política y la pandemia son el mal y el miedo que en este tiempo nos han tocado en suerte; la una y la otra despiadadas, tiránicas, temerarias, sin saber cuál de ellas es el problema que ocupa el primer lugar. No pueden comprenderse las diferencias de criterio de las administraciones –central, autonómicas- y las provocaciones e insultos que están utilizándose en esta ofensiva política, con no se sabe qué fin. Acaso, ¿confundirnos más de lo que ya estamos? ¿Cómo puede dejarse la responsabilidad de apostar por uno u otro suero –firma de consentimiento por medio- a quien carece de conocimientos científicos, o sea, la mayor parte de la población, yo misma? Más respeto señorías, tenemos nombre, apellidos, y derecho a la vida y al voto; no queremos ser ratitas de laboratorio. ¿Dónde estás Pedro Sánchez? ¿No es el presidente de un gobierno el que ha de velar porque su pueblo no sea castigado por ajenos desvaríos? Pero don Pedro todo se lo debe a sí mismo y se ha acostumbrado a dormir como un lirón mientras, muros afuera de Moncloa, la cuestión de la AstraZeneca a los demás les quita el sueño. Las conversaciones que se oyen sobre el tema a pie de calle resultan terriblemente preocupantes y algunos dicen haber sido testigos de auténticas “astracanadas”. Palabra que, además de traducir una acción pública disparatada y ridícula, fonéticamente se adapta muy bien para hablar del caso. ¡Menos mal que el próximo jueves en mi pueblo, La Fuente de San Esteban, redoblarán a Corpus las campanas! ¡Menos mal! ¡Al menos podremos dejar de oír el fatal runrún de la AstraZeneca por las esquinas!
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