El concepto

Decía aquel personaje de la conocida película “Airbag”, un tal Manquiña allá por el año 1997, que “el concepto es el concepto”. Han pasado los ... años y disfrutando de un paseo en barco por la ensenada de San Simón, en mi Redondela natal, en compañía de esa familia cambiante pero siempre presente de los usuarios de Proyecto Hombre Salamanca, me vino a la mente el recuerdo de esa frase mítica. El motivo de tal recuerdo es sencillo, simple y llanamente volver a los orígenes y a las raíces despierta normalmente los recuerdos entrañables de los seres queridos. Sin querer pero sin negarse, uno hace memoria de quienes nos legaron mucho de lo que somos y tenemos. Probablemente mucho más de lo que ellos, nuestros predecesores, pudieron disfrutar, sentir y saborear. En concreto hoy, uno piensa en un concepto de actualidad y muy compartido estos días, las vacaciones. Cierta nostalgia y hasta tristeza me remueve el corazón y el alma pensando en lo que yo puedo vivir y otros no vivieron, siendo esos otros los que hicieron posible este momento mágico, surcando las mismas aguas que un día navegó sir Francis Drake o el mismísimo capitán Nemo, en el Nautilus que Julio Verne fue capaz de visualizar. Centrando el rumbo de la navegación y visualizando el horizonte de los recuerdos, uno siente cierto pudor y toma conciencia de la fortuna del momento vital que le toca vivir. Somos una generación afortunada, que hemos venido de menos a más algo que, quizá por desgracia y si esto no cambia, no podrán decir los que vienen detrás que en principio, si los vientos de la fortuna y el compromiso personal no toman otro rumbo, se verán abocados a ir de más a menos. No es baladí pensar, recordar y sentir en la medida de lo posible las carencias, las luchas, el esfuerzo y sufrimientos de quienes, un día y otro también, defendieron lo suyo y los suyos, ajenos a lo largo de toda su vida al concepto vacaciones. En esta Castilla nuestra, de un modo especial, y en nuestra Salamanca también, fueron muchos los que el moreno lo pillaban en el campo y el único protector solar era su sudor. No recordarlo sería injusto, no valorar lo que somos y tenemos podría ser pecado y no disfrutarlo sería pecado mortal. No pelear para que las presentes y futuras generaciones disfruten no sólo del concepto si no de la experiencia no tendría calificativo. Sin duda alguna no es tarea fácil dadas las circunstancias pero es responsabilidad de todos avanzar hacia un mundo más justo, donde el dichoso sistema permita pasar del concepto teórico a la oportunidad de la vivencia práctica. ¿Será posible que lo logremos o continuaremos cabalgando irremediablemente a caballo de la utopía? Como diría Manquiña: “Igual que te digo una cosa te digo la otra”, y del concepto vacaciones me paso al concepto desigualdad y al de injusticia. Algo que no me da igual ni me da lo mismo. El concepto es el concepto y la persona está por encima de todo concepto.

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