Adiós, Sánchez, adiós

Domingo, 10 de julio 2022, 05:00

Cuando en LA GACETA digital hemos preguntado si los salmantinos están de acuerdo con el anuncio del Gobierno de entregar doscientos euros a cada familia ... con ingresos bajos todos esperábamos que hubiera una mayoría a favor de esa ayuda pública. Parece una buena medida, en unos momentos en los que la subida de precios está ahogando a las familias y crece el número de los que no llegan a final de mes. Sin embargo, cuatro de cada diez personas que han respondido a la encuesta lanzada están en contra de esa subvención.

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Sorprendente. O quizás, no tanto. Porque las opiniones de la inmensa mayoría de los salmantinos no reflejan una falta de solidaridad con los más pobres, sino un rechazo frontal a un Ejecutivo de la nación que, en lugar de adoptar medidas eficaces contra la escalada de precios, intenta comprarnos con nuestro propio dinero, con los presupuestos de todos los españoles. Los ciudadanos están hartos de un Pedro Sánchez que está endeudando al país hasta límites insostenibles y que está hpotecando el futuro de las siguientes generaciones. Con una deuda brutal, que se acerca ya al billón y medio de euros, el gabinete sanchista-comunista insiste en disparar el gasto y no adopta ni una sola iniciativa de ahorro. Los salmantinos, como casi todos los españoles, están hasta el gorro de tanto marketing, tanta pose y tanta sonrisa boba. Por eso ni siquiera están dispuestos a aceptar como adecuadas algunas medidas que viniendo de otro presidente con un mínimo de credibilidad serían bien recibidas. Los ciudadanos se han dado cuenta de que nada en Pedro Sánchez es creíble y que su objetivo no es salvarnos del desastre sino, sencillamente, mantener su cama caliente en La Moncloa.

Hace ya muchos meses que el hartazgo respecto al Gobierno de Pedro Sánchez está alcanzando dimensiones de fenómeno social colectivo. Las elecciones en Andalucía han constituido el último ejemplo cuantificable de ese rechazo general. Y hay otra encuesta de la web de LA GACETA que recoge ese cabreo general, mezclado con una cierta dosis de resignación. Le hemos preguntado a los salmantinos si creen que el presidente del Gobierno adelantará las elecciones o aguantará como sea hasta el final de la legislatura y la gran mayoría, otra vez cerca del 80 por ciento, pronostica, o más bien teme, que tendremos que aguantarle hasta finales de 2023 o principios de 2024. Nadie adelanta unos comicios para perderlos y menos un narcisista enfermizo enamorado del poder. Se acabaron los tiempos felices, para Pedro Sánchez, en los que la presencia del inoperante Pablo Casado le aseguraba la continuidad en el Gobierno, por su incapacidad para plantear una oposición consistente y su habilidad para crear problemas internos en el Partido Popular. Con Alberto Núñez Feijóo han cambiado las tornas y lo que antes era un monte lleno de orégano ahora es un erial lleno de espinas.

Es probable que Pedro Sánchez ni siquiera se presente a las siguientes elecciones generales, pero eso no tiene mayor importancia. Lo importante es que cuanto antes llegue un gobierno serio y creíble que nos saque del hoyo en que nos ha metido esta pandilla de irresponsables.

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Hay todavía otra encuesta interesante del periódico, en la que preguntamos si la cumbre de la OTAN ha contribuido a mejorar la imagen internacional de España. Y una mayoría ajustada responde que sí, que el Gobierno lo ha hecho bien y hemos quedado como unos buenos anfitriones. Eso supone un punto a favor de Pedro Sánchez y de sus posibilidades de convertirse en mandatario de la ONU, de la OTAN, de la Unión Europea o de la comunidad de vecinos de su barrio, La Moncloa. Estaríamos encantados de que fuera a lucir su tipo por el mundo. Buen viaje, y buena suerte.

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