A vueltas con el patrón

Jueves, 25 de agosto 2022, 05:00

No es normal que el día del patrón de un país no sea fiesta nacional. Esto solo ocurre en esta España donde todavía nos avergonzamos ... de cualquier expresión de cariño por nuestra patria. Ese bochorno ante las manifestaciones de patriotismo arranca de la transición, cuando la bandera y el resto de símbolos de la nación parecían ligados a una cierta añoranza del franquismo. Vamos perdiendo el miedo a colocar la enseña bicolor en los balcones, sobre todo a golpe de victorias de la Selección de fútbol, pero seguimos muy lejos de compartir el orgullo por nuestra nación como sí lo hacen en prácticamente todos los países del mundo. Aquí celebramos el 12 de Octubre, y cada vez con más polémica por los ataques de una parte del Gobierno a la hazaña histórica que significó el descubrimiento de América.

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La izquierda ha sido siempre reacia a aceptar los símbolos de la nación y ese rechazo se ha disparado con el actual Gobierno socialcomunista, aliado, amigo y gran beneficiario de los partidos empeñados en destruir España. El PP, por su lado, siempre se ha mostrado un tanto tibio en este terreno, como si tuviera que pedir perdón por defender todo lo español. Luego llegó Ciudadanos con una ideología sanamente nacionalista, ahormada sobre todo por el rechazo al supremacismo catalán, y ese testigo ha acabado por recogerlo Vox, con una vehemencia un tanto exagerada, que en algunos casos raya con el ultranacionalismo.

Resulta por tanto coherente que sean los de Santiago Abascal los que propongan convertir el 25 de julio en día festivo para los castellanos y leoneses, para sumarse así a gallegos y vascos que festejan cada año al apóstol. Lo que no tiene un pase es la forma en que los verdes han maniobrado para cambiar el calendario regional, después de que hubieran llegado a un acuerdo con patronal y sindicatos hace tan solo un mes. Es como si no se hubieran dado cuenta de lo que puede significar el Día de Santiago hasta que no ha pasado la fecha. Y ahora el cambio supone un mal arreglo, porque quitar el festivo del 2 de enero de 2023, que cae en lunes, para pasarlo al martes 25 de julio significa perder un puente y romper una semana de verano, con un claro perjuicio para los trabajadores, para las empresas en general y para la hostelería salmantina en particular. Con ese cambio de última hora, el consejero de Empleo, Mariano Veganzones, ha conseguido cabrear todavía más a los sindicatos, con quienes está enfrentado desde que decidió recortarles la subvención anual que les concede la Junta.

Sorprende también el cambio de postura de la patronal CEOE, que hace un mes acordó un calendario más beneficioso para los empresarios y ayer se descolgaba aprobando la nueva propuesta de la Consejería, cabe preguntarse a cambio de qué (a la Confederación también le van a recortar los fondos regionales, se supone).

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El calendario deberá pasar por el Consejo de Gobierno de la Junta, pero, dados los antecedentes de otras decisiones polémicas y unilaterales de las consejerías de Vox, nada hace prever que Alfonso Fernández Mañueco y sus compañeros del PP cambien ni una coma, ni una fecha, de lo propuesto por los departamentos controlados por Juan García-Gallardo, cuya independencia y soberanía vienen a confirmar la existencia de dos gobiernos reñidos e incomunicados en el seno de la Junta.

Así que tendremos fiesta de Santiago Apóstol, representado tantas veces matando moros con su espada. Cierra España y cierran (atacan) los consejeros de Vox, que no pierden la oportunidad de imitar al santo del Camino. Ayer mismo el consejero de Agricultura apuntaba a los sacrificios de corderos en las casas de musulmanes en Ceuta o Melilla para quejarse de que el Gobierno socialcomunista, que se ha puesto tan duro con la vigilancia del bienestar animal en los mataderos, sea tan permisivo cuando se trata de otras religiones. No dan puntada sin hilo.

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