Ponz se estrena con derrota (2-0) en Alcorcón

La “revolución” anunciada con muesca pícara de Dani Ponz en la presentación de su ‘era’ se vio cierta en el fondo; pues en las formas de inicio se presentó como la de Raúl Casañ.

El dibujo 4-4-2 tan acusado como el de su predecesor en el cargo. A partir de ahí sí que hubo un cambio cierto en la concepción de los partidos del equipo: la intensidad y la exigencia, que parecían haberse olvidado con el paso de las jornadas. Esa revolución más le permitió dominar por momentos en un campo en el que no ha ganado nadie, por mucho que Ponz se haya autoconvecido esta jornada (y con él a su vestuario) de que era posible hacerlo.

De hecho, el marcador al descanso se antojó completamente injusto por lo mostrado en el terreno de juego. Si alguien tuvo que adelantarse en el marcador ese fue el Unionistas; pero esto juego no es cosa de méritos sino de hechos ciertos. Y el que golpeó primero, y, finalmente dos veces, para salir líder del Grupo 1 de Primera Federación de este encuentro fue la AD Alcorcón. Por mucho que insistiera Chapela por banda derecha, o que Beneit se metiera para adentro en una suma de jugadores; o que Nespral y Jon Rojo tuvieran las más claras del primer tiempo, con un Chus García salvador en el caso del centro-chut del imprescindible centrocampista asturiano.

El caso es que Addai que firmó un encuentro de chapó se aprovechó de la pérdida en el centro del campo (en las que tanto había insistido Ponz en sus sesiones) apuró la tiempo extra de esa primera mitad de color blanquinegro en Santo Domingo para mandar un centro desde tres cuartos de campo con toda la intención; el salto de Víctor García fue demoledor, como su cabezazo. Salva de la Cruz voló de manera estéril hacia la escuadra por donde se coló el balón.

Con el 1-0 en contra, Ponz tomó cartas en el asunto y no le tembló el pulso: Beneit y Ramiro sacrificados por Neskes y Mikel Carro. Sanz pasó a ejercer como compañero de zaga de Leal. Sin embargo, los cambios no le dieron otra vuelta de tuerca al equipo. Lo cierto es que, de hecho, el Unionistas fue menos equipo que en el primer tiempo. Por el cansancio físico y también moral. El fútbol que en el primer tiempo había sido a ratos elaborado, a ratos seco y directo, pasó a fiar ya todo a balones colgados al área y al juego de espaldas de Losada, hasta que le aguantó la gasolina. Con su marcha, la cabeza de Christian Santos pasó a ser la única posibilidad con ciertas garantías para lograr un empate que nunca llegó; pues el Alcorcón frenaba en seco al conjunto de Dani Ponz al llegar a tres cuartos y solo un centro se ofrecía como vía para hacer daño.

Tuvo una clara que se marchó pegada al palo derecho de Chus García, pero que quedó anulado por fuera de juego. Esa fue la única ocasión cierta de empate del equipo de Ponz, que comienza su andadura al frente del Unionistas con una derrota (2-0), ya que otra vez al término del segundo tiempo en un acoso de córners locales Babin hizo el tanto de la sentencia en una salida a la remanguillé de Salva de la Cruz.

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